Publicada: domingo, 23 de noviembre de 2025 21:46

Irán ha transformado su tecnología de drones, pasando de una iniciativa defensiva local a un actor global clave, con soluciones accesibles y efectivas en la guerra moderna.

Por: Ivan Kesic

La tecnología de drones de Irán ha evolucionado de ser una iniciativa defensiva doméstica a convertirse en una presencia formidable en el escenario internacional, mostrando un enfoque distintivo y eficaz en el desarrollo aeroespacial que resuena entre una amplia diversidad de socios globales.

Durante la última década, la industria iraní de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) ha experimentado una transformación notable, pasando de una capacidad local a una fuerza de alcance mundial.

Este ascenso no se explica necesariamente por innovaciones tecnológicas revolucionarias, sino por una filosofía pragmática y estratégica que define el programa aeroespacial del país.

El sorprendente éxito iraní radica en su inteligente integración de tecnologías comerciales existentes, combinadas en plataformas simples, fiables y rentables, producidas en masa para satisfacer las exigencias específicas de la guerra asimétrica moderna.

Este enfoque ha dado lugar a tres sistemas UAV destacados: la munición merodeadora Shahed-136, el dron de combate polivalente Mohayer-6 y la plataforma de reconocimiento Ababil-3.

Cada modelo refleja una etapa distinta en la evolución tecnológica y doctrinal de Irán, y responde a un amplio espectro de necesidades militares.

Desde las llanuras africanas hasta los cielos de Sudamérica, estos drones actúan como instrumentos de influencia estratégica, ampliando el alcance geopolítico de Irán y consolidando su papel como fabricante y exportador prominente de tecnología militar de drones.

Su adopción generalizada subraya la demanda global de sistemas no tripulados capaces y asequibles, y pone de relieve la eficacia de la estrategia iraní de desarrollo a medida.

Filosofía estratégica: El pragmatismo como piedra angular

La fortaleza fundamental del creciente programa de drones de Irán reside en una filosofía de diseño deliberada y pragmática, que prioriza la funcionalidad, la rentabilidad y la fiabilidad por encima de la complejidad de vanguardia.

Esta estrategia refleja un esfuerzo consciente por maximizar el rendimiento operativo minimizando el aporte tecnológico, generando sistemas que son fáciles de producir y difíciles de contrarrestar.

En esencia, el programa optimiza el uso de componentes comerciales de doble uso, integrados en plataformas robustas adaptadas para funciones específicas en el campo de batalla.

Al centrarse en la simplicidad, Irán facilita la producción masiva y rápida, lo que permite desplegar grandes cantidades de drones para obtener efectos estratégicos.

Este enfoque se alinea con la doctrina de guerra asimétrica, donde saturar al adversario con activos numerosos, capaces y de bajo costo neutraliza la ventaja tecnológica de plataformas más sofisticadas y costosas.

Esta filosofía ha permitido a Irán construir desde cero una industria aeroespacial sostenible y escalable, sorteando las restricciones de acceso a tecnología militar especializada.

El catálogo resultante se ajusta con precisión a las necesidades operativas de una clientela diversa, proporcionando soluciones prácticas y económicas a desafíos de seguridad reales, sin los gastos prohibitivos de los sistemas occidentales avanzados.

Shahed-136: El arquetipo de la guerra asimétrica

El Shahed-136 encarna el enfoque estratégico de Irán: una munición merodeadora diseñada para misiones unidireccionales de largo alcance, donde la simplicidad y el bajo costo son fundamentales.

Su diseño es una demostración magistral de ingeniería minimalista que logra un impacto estratégico devastador.

Con ala delta y fuselaje único, su estructura es inherentemente estable y duradera, fabricada con materiales compuestos económicos como la fibra de vidrio.

El complejo tren de aterrizaje se elimina y se sustituye por un sistema de lanzamiento asistido por cohete, reduciendo peso, costo y complejidad mecánica.

El Shahed-136 está impulsado por un motor comercial MADO MD 550 de dos tiempos, ampliamente utilizado en aviación ligera, valorado por su bajo costo y facilidad de mantenimiento.

Aunque su distintiva y ruidosa firma acústica resulta notable, doctrinas operativas que despliegan enjambres saturados de estos drones mitigan su desventaja al abrumar las defensas aéreas enemigas.

Su sistema de guía combina un receptor GPS comercial con un sistema de navegación inercial (IN, por sus siglas en inglés) básico, lo que permite coordenadas de ataque preprogramadas.

Incluso bajo interferencias GPS, el INS conserva suficiente precisión para golpear objetivos de infraestructura grandes y estacionarios.

La eficacia del Shahed-136 queda demostrada por su amplia replicación y producción bajo licencia en países como Rusia y Yemen, junto con proyectos imitativos en China, India, Turquía, Arabia Saudí, Corea del Norte, Ucrania, Polonia, Francia e incluso Estados Unidos: un testimonio de la influencia perdurable de la filosofía de diseño iraní.

Mohayer-6: Un salto hacia los drones de combate polivalentes avanzados

Representando un nivel más avanzado, el Mohayer-6 marca la madurez de la industria iraní y su transición hacia UAV de combate MALE (altitud media, gran autonomía).

Esta plataforma evidencia una evolución tecnológica significativa, superando las municiones de un solo uso para convertirse en un sistema sofisticado capaz de realizar misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR, por sus siglas en inglés), así como ataques de precisión.

Su fuselaje presenta un diseño aerodinámico clásico y probado, con alas rectas optimizadas para largas permanencias en vuelo y una cola en “H” para mayor estabilidad, equilibrando fiabilidad y rendimiento.

Se cree que el Mohayer-6 está propulsado por una versión del fiable motor comercial Rotax 912/914 de cuatro tiempos, o por su equivalente iraní, reflejando la continua apuesta iraní por tecnologías comerciales fiables como base de sistemas militares.

Sus principales avances tecnológicos residen en su suite de comunicaciones seguras y en su carga útil de sensores y armamento.

Equipado con un enlace de datos seguro en línea de vista para transmisión de video en tiempo real, algunas variantes dispondrían de comunicación satelital, ampliando enormemente su alcance operativo.

Su torreta estabilizada EO/IR, combinada con un designador láser, permite identificar, seguir y atacar objetivos con municiones de precisión como las bombas Qaem y los misiles antitanque Almas.

La adopción operativa del Mohayer-6 por países como Etiopía, Venezuela e Irak —junto con reportes de producción bajo licencia— subraya su competitividad como plataforma codiciada en el mercado global de drones de combate.

Ababil-3: Pilar de la vigilancia táctica fiable

El Ababil-3, pieza clave en la línea de drones iraní, es una plataforma táctica de ISR fiable y dedicada.

Aunque menos complejo que el Mohayer-6, supera ampliamente a los drones de reconocimiento básicos, demostrando la pericia iraní en producir sistemas eficaces de vigilancia de larga duración.

Diseñado para su misión, presenta un esquema aerodinámico clásico con motor y hélice traseros, que deja el campo visual despejado para los sensores en la nariz, esenciales para imágenes claras y estables.

Su diseño de doble cola mejora la estabilidad en vuelo, factor crítico para misiones de vigilancia.

Al igual que sus homólogos, el Ababil-3 emplea un motor de pistón simple y fiable que prioriza la autonomía sobre la velocidad, permitiendo varias horas de operación.

Su centro tecnológico radica en la carga de reconocimiento, típicamente un sistema EO/IR con capacidad de giro y zoom para el seguimiento de objetivos terrestres.

Las transmisiones de video en tiempo real al puesto de control pueden alcanzar rangos de hasta 250 kilómetros, lo que lo convierte en un recurso valioso para monitoreo de líneas frontales, coordinación de artillería y patrullas fronterizas.

Su versatilidad se amplía con variantes armadas capaces de portar bombas y misiles ligeros.

El servicio probado del Ababil-3 en países como Siria y Sudán —y su producción bajo licencia como Zagil-3 en este último— consolida su reputación como herramienta robusta y eficaz para la conciencia situacional persistente en el campo de batalla.

Alcance global e influencia estratégica

El alcance internacional de la tecnología UAV iraní constituye uno de los pilares definitorios de su éxito, extendiéndose más allá de Asia Occidental para establecer presencia en África, Sudamérica y Europa Oriental.

Esta difusión global es multifacética, articulada mediante ventas directas entre Estados, acuerdos de producción con licencia y transferencias tecnológicas, reflejando una estrategia de exportación flexible y adaptable.

El despliegue de estos sistemas en entornos variados ha brindado validación real de sus capacidades, impulsando aún más el interés y la demanda internacional.

Esta expansión conlleva un peso geopolítico significativo, posicionando a Irán como un socio emergente para países que buscan fortalecer sus capacidades defensivas fuera de los mercados armamentísticos tradicionales occidentales o rusos.

Al proporcionar estos drones, Teherán fomenta nuevas asociaciones de defensa y ejerce influencia estratégica, extendiendo su alcance diplomático mediante relaciones impulsadas por la tecnología.

Los UAV iraníes ofrecen una propuesta de valor convincente para numerosos países: sistemas militares capaces, asequibles, accesibles y, a menudo, libres de las restricciones políticas impuestas por otros proveedores.

Esta red creciente de usuarios y productores genera una forma de solidaridad tecnológica, reforzando la narrativa iraní de autosuficiencia e independencia estratégica, y consolidando su papel como actor destacado en el panorama global de tecnología de defensa.

Un modelo de innovación deliberada

El ascenso de Irán en el mercado global de drones constituye un ejemplo convincente de cómo una estrategia tecnológica deliberada y pragmática puede producir una influencia estratégica desproporcionada.

El Shahed-136, el Mohayer-6 y el Ababil-3 reflejan colectivamente una comprensión sofisticada de las exigencias de la guerra moderna, ofreciendo un portafolio escalonado que va desde armas de saturación de bajo costo hasta plataformas avanzadas de inteligencia y ataque de precisión.

El logro iraní radica en su capacidad constante para identificar e integrar tecnologías maduras y accesibles en sistemas militares coherentes y eficaces, adaptados a las necesidades específicas —y a menudo ajustadas al presupuesto— de una clientela internacional diversa.

Este modelo de desarrollo, que prioriza la fiabilidad, la asequibilidad y la eficacia operativa por encima de la novedad tecnológica, ha demostrado ser altamente exitoso.

No solo ha asegurado las capacidades defensivas de Irán, sino que lo ha convertido en un exportador significativo de tecnología militar, labrándose un nicho distintivo en un mercado global ferozmente competitivo.

La evolución continua y la amplia adopción de estas plataformas indican que el enfoque iraní sobre la guerra con drones y la industrialización de la defensa ha dejado una huella duradera e influyente, destinada a moldear la dinámica de los conflictos y las asociaciones estratégicas en el futuro.


Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.