Ana González nunca dejó el barrio popular donde vivía con su familia. Cuatro de ellos detenidos desaparecidos. La casa se convirtió en cuartel general de una batalla sin tregua contra el olvido y la crueldad del Estado.
Hasta antiguos colaboradores de la dictadura han expresado condolencias a la familia de Ana.
Deja asi Ana González la casa y el barrio desde donde combatió toda su vida por su familia y por su pueblo.
Miles de pétalos recibieron a Ana rumbo al cementerio, quiénes son los responsables de que haya muerto sin saber la suerte de su familia.
Alejandro Kirk, Santiago.
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