El medio The Conversation publicó los resultados de una investigación en base a preguntas respecto al trato del Servicio de Inteligencia de Seguridad Canadiense (CSIS, en inglés) a las comunidades musulmanes en cinco ciudades importantes de Canadá.
“Descubrimos que CSIS adopta prácticas de vigilancia específicas que están informadas por tropos islamófobos. Esto funciona bajo la premisa de que el Islam y cualquier expresión de devoción religiosa representa un potencial sospechoso de terrorismo”, denuncia el medio.
Ha detectado también que, para justificar su vigilancia masiva, incluso en mezquitas, el órgano de inteligencia canadiense genera “sospechas” basadas en suposiciones falsas de radicalización que describen a las comunidades musulmanas como focos de extremismo.
“Una estrategia táctica clave del CSIS es el uso de técnicas coercitivas para presionar a los ciudadanos comunes para que se conviertan en informantes. Nos informaron que CSIS amenaza con aparecer en los lugares de trabajo de personas que se niegan a hablar con ellos. Buscan particularmente a refugiados o personas con estatus migratorio precario”, se lee en el texto.
El CSIS tiene en la mira a los jóvenes musulmanes que participan en organizaciones islámicas y los que participan en el activismo político y criticado al Gobierno y sus políticas internas o de la región de Asia Occidental.
El 8 de junio de 2021, un hombre de 20 años atropelló intencionadamente a una familia canadiense por ser de confesión musulmana y causó la muerte de cuatro de sus integrantes.
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