Los ancianos indígenas y los sobrevivientes de las escuelas residenciales canadienses, que sostendrán en los próximos días tres reuniones privadas con el papa Francisco en el Vaticano, esperan nada menos que una disculpa pública por los sufrimientos infligidos a los niños indígenas en el país norteamericano.
“Esperamos que estos encuentros privados permitan al Santo Padre abordar de manera significativa tanto el trauma continuo como el legado del sufrimiento que enfrentan los pueblos indígenas hasta el día de hoy”, han indicado este domingo los obispos de Canadá en un comunicado.
Según la nota, los encuentros se dedicarán en el papel de la Iglesia católica en el sistema de las escuelas residenciales, que contribuyó a la supresión de las lenguas, la cultura y la espiritualidad indígenas.
Al calificar las reuniones como un paso importante, el jefe del pueblo Dene y el jefe regional de la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá, Gerald Antoine, dijo, en una rueda de prensa, que la delegación indígena pediría al papa “que visite a nuestra familia y se disculpe. Creo que este es un tema pendiente desde hace mucho tiempo”.
Unos 3200 niños indígenas murieron en las residencias escolares, según las conclusiones de una comisión nacional de investigación, que, en 2015, tras seis años de pesquisas, definió los sucesos como genocidio cultural. En 2019, el primer ministro canadiense, JustinTrudeau, reconoció que el daño infligido a los pueblos indígenas en Canadá equivalía a un “genocidio”.
El sistema, que reclutó a cerca de 150 000 menores indígenas, separándolos de sus familias por la fuerza para recluirlos en centros de internados, se estableció a finales del siglo XIX y la mayoría eran operados por la Iglesia católica.
Tras el hallazgo de los restos de 215 menores indígenas en un internado de la ciudad canadiense de Kamloops en 2021, el papa Francisco se limitó solamente a expresar su “dolor” y nunca pidió disculpas formales por ello.
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