Decenas de personas siguen desaparecidas. La tormenta trajo fuertes lluvias a las regiones donde el bosque natural había sido talado o convertido en plantaciones de piña. Esto permitió que el agua se escurriera de los suelos relativamente estériles y creara devastadoras inundaciones repentinas.
Las inundaciones se produjeron de noche, mientras la gente dormía, por lo que hubo muchos muertos.
Hay decenas de desparecidos y los equipos de rescate temen que el número de víctimas aumente. Se han arruinado decenas de casas y unas 50 000 personas se han visto desplazadas.
Al menos 20 tifones y tormentas azotan Filipinas cada año, causando grandes pérdidas humanas y materiales. El tifón Haiyan en 2013 se cobró ocho mil vidas y afectó a otras 200 mil.
kmd/nii/