Durante la sesión del gabinete de seguridad de Israel llevada a cabo el jueves, Bezalel Smotrich afirmó que “un judío que trabaje para Irán” “podría ser ejecutado”, según filtraciones de la reunión publicadas por el diario israelí Ynet.
Según un borrador del proyecto de ley de pena de muerte para judíos que trabajen para Irán, la ejecución se aplicará contra quienes buscan perjudicar a Israel y la resurrección del pueblo judío en los territorios ocupados.
También, el ministro extremista de seguridad interior de Israel, Itamar Ben-Gvir, calificó el proyecto de ley como “una ley histórica” y argumentó que la sentencia debe ser obligatoria, declarando que no confía en que el fiscal general ni los fiscales del régimen israelí soliciten la pena de muerte.
En la misma jornada, las autoridades israelíes han imputado oficialmente a un soldado israelí por realizar presuntamente actividades de espionaje en favor de Irán.
En los últimos dos años, el régimen de Tel Aviv ha arrestado a decenas de israelíes bajo acusación de colaborar con la inteligencia iraní. La policía israelí ha descrito el fenómeno de israelíes que espían para la República Islámica como algo sin precedentes.
El Shin Bet y la policía de Israel advirtieron en una declaración conjunta el mes pasado que mantener contacto con elementos extranjeros o realizar misiones en su nombre constituye un delito grave y pone en peligro la seguridad de la entidad hebrea.
Durante la guerra impuesta de 12 días en pasado junio, la fuerte censura militar israelí impidió la divulgación de información sobre muchos de los emplazamientos militares y de inteligencia sensibles atacados por Irán. Israel suspendió las transmisiones de varios medios de comunicación internacionales y amenazó con detener a cualquiera que filmara los lugares de impacto de misiles.
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