Israel, “en realidad, está alborotando los derechos humanos a nivel ‘nacional’ contra su propio pueblo”, dijo el jueves la directora ejecutiva de Human Rights Watch (HRW), Tirana Hassan, a la agencia británica de noticias Reuters.
Hassan alertó de las repercusiones “desastrosas” para los derechos humanos de la reforma del poder judicial que tiene prevista el premier israelí, Benjamín Netanyahu.
Asimismo, instó a Estados Unidos y otros aliados a hacer más para responsabilizar al régimen de Tel Aviv por abusos y persuadirlo de cambiar de rumbo.
Las declaraciones de la nueva jefa de HRW han desatado ira entre los funcionarios israelíes: el principal portavoz del ministerio de exteriores del régimen sionista, Lior Haiat, calificó la oenegé de “una organización que ataca a Israel por cualquier asunto”.
En febrero, también el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) llamó a Israel a suspender la polémica reforma judicial por su impacto en los derechos humanos.
Cientos de miles de israelíes han salido a las calles en los territorios ocupados para protestar contra los cambios de gran alcance que Netanyahu pretende implementar en el sistema jurídico, pues esa reforma daría al parlamento israelí un mayor control sobre el poder judicial de del régimen.
En varias ocasiones, las protestas se volvieron violentas, cuando la policía recurrió al uso de la fuerza contra los manifestantes.
Los críticos de la iniciativa señalan que Netanyahu está impulsando la referida revisión debido a su propio juicio por corrupción, en el que se enfrenta a cargos de fraude, soborno y abuso de confianza.
Además, hay temores de que, por esos posibles cambios, los derechos de los palestinos se verían afectados.
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