“Por el momento, no hay forma práctica alguna para llevar a cabo una anexión radical”, ha asegurado este domingo Udi Adam, director general saliente del referido ministerio israelí, a la Radio del Ejército del régimen de Tel Aviv.
El general de división israelí ha recalcado que, para ser implementada la anexión, se requiere de la cooperación de otros países de la región de Asia Occidental, EE.UU., los europeos y, “por supuesto, los palestinos”.
Además, Adam ha subrayado que “la anexión es menos relevante para los días del coronavirus”, causante de la COVID-19, ahora que el régimen israelí tiene, a su juicio, “un problema de gestión”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tenía previsto concretar su plan de anexionar el 30 por ciento de Cisjordania el 1 de julio, amparándose en el supuesto plan de paz de EE.UU., el llamado ‘acuerdo del siglo’; sin embargo, conforme precisan varios informes, se vio obligado a aplazarlo por divisiones en su gabinete de coalición, recién formado, así como ante la vaga postura de Washington justo antes de la implementación de la polémica decisión.
También pesaba sobre Netanyahu la presión internacional, es decir, las amenazas de sanciones desde Europa y las tensiones con otros países, así como el rechazo contundente de las Naciones Unidas.
Entretanto, los grupos de Resistencia palestinos han amenazado a Israel con responder “con todas las opciones sobre la mesa” a la eventual incorporación territorial de Cisjordania, asegurando que defenderán, con todo su poderío, su patria frente a las agresiones y pretensiones colonialistas de Israel.
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