Mientras que la situación actual de Israel “no es todavía de un apartheid”, este régimen está en una “resbaladiza pendiente” hacia esa dirección, aseguró Barak en una entrevista transmitida por la televisión alemana Deutsche Welle.
“Israel se enfrenta a unas elecciones. Si seguimos controlando toda la zona desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, donde viven unos 13 millones de personas, ocho millones de israelíes y cinco millones de palestinos (...) si sólo una entidad –llamada Israel– reinara en toda esta área, se convertiría inevitablemente en ya sea un régimen no judío o no democrático”.
Barak predice otro escenario para el conflicto israelí-palestino. Según sus estimaciones en caso de que los palestinos que viven en la ocupada Cisjordania tengan pleno derecho y se les permita votar, Israel pronto se convertiría en “un estado binacional con una mayoría árabe” en medio de una guerra civil.
Israel se enfrenta a unas elecciones. Si seguimos controlando toda la zona desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, donde viven unos 13 millones de personas, ocho millones de israelíes y cinco millones de palestinos (...) si sólo una entidad –llamada Israel– reinara en toda esta área, se convertiría inevitablemente en ya sea un régimen no judío o no democrático”, afirma ex premier israelí Ehud Barak.
Sobre la ofensiva del régimen de Israel a la Franja de Gaza en 2014, el expremier israelí aseguró que la seguridad del régimen de Tel Aviv es más importante que la situación humanitaria en el enclave costero palestino. "No estoy contento con la pérdida de vidas. Lo siento mucho, pero no puedo decir que no lo repetiré si está en juego la vida y la seguridad de nuestra propia gente”, concluyó.
El pasado mes de marzo, la Comisión Económica y Social para Asia Occidental de la ONU (ESCWA, por sus siglas en inglés), una de las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicó un informe en el cual afirma que Israel impone un régimen de apartheid sobre la población palestina.
En los territorios ocupados palestinos son comunes el ejercicio discriminatorio de Israel contra los palestinos. Estas prácticas an levantado críticas a nivel internacional, mientras que Tel Aviv, mediante presión de sus lobbies, trata de influir en las decisiones y resoluciones de la ONU.
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