A su ingreso en la prisión el ex primer ministro de 70 años se ha convertido en el primer jefe del régimen israelí en dar con sus huesos en la cárcel.
Ehud Olmert fue condenado en diciembre del 2015, entre otras 13 personas, por vinculaciones con el caso de Holyland, considerado el plan de soborno más grande en Israel.

El juicio por este caso de corrupción comenzó en marzo de 2014 y los 16 acusados eran importantes funcionarios públicos que recibieron sobornos con el fin de que suavizaran los obstáculos legales y de recalificación de terrenos para un proyecto de construcción de inmuebles en el sur de la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).
Entre los condenados figura Uri Lupolianski, exalcalde del Al-Quds; Dan Dankner, expresidente del Banco Hapoalim, y el exalcalde adjunto de Al-Quds Eli Simhayof.
El ex primer ministro recibió al menos 60 000 shekel (13 780 euros) por un contrato de tierras, por mediación de sus asesores de entonces: Uri Messer y Shula Zaken, también habría aceptado unos 500 000 shekels (119 000 euros) de unos constructores por un proyecto inmobiliario en Al-Quds.
Inicialmente fue condenado a seis años de prisión, pero el Tribunal Supremo le redujo la condena en diciembre de 2015 a 18 meses, ya que invalidó el primer cargo sobre la recepción de sobornos. En enero, un tribunal inferior aumentó en un mes la condena por un cargo de obstrucción a la justicia.
Zaken fue condenado por separado a solo 11 meses de cárcel en un acuerdo con el fiscal, ya que se convertía de este modo en testigo contra Olmert en el caso.
La mayoría de los israelíes opina que la corrupción entre los políticos del régimen de Tel Aviv es generalizada.
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