El fiscal federal argentino Ramiro González podría pedir en los próximos días al juez federal Ariel Lijo que solicite información a Yemen, Arabia Saudí y Turquía sobre el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, entre otros hechos, antes de decidir si el caso es competencia de la Justicia argentina. La denuncia incluye también delitos de lesa humanidad cometidos por Riad en Yemen desde 2015.
Fuentes judiciales del país austral han explicado este miércoles que, tras la decisión sobre la competencia de la Justicia argentina se adoptará otra eventualmente sobre el pedido de detención del príncipe que conlleva la querella.
La Justicia argentina estudia el asunto después de que la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) presentara el lunes en el país latinoamericano una denuncia contra Bin Salman, invitado a la Cumbre del G20 cuya celebración está prevista el viernes y el sábado en Buenos Aires (capital argentina).
“Presentamos la denuncia porque no se puede investigar en Arabia Saudí ni en Yemen. Argentina es un país democrático que incorpora los principios de los derechos humanos y la justicia internacional”, ha explicado Reed Brody, abogado de HRW.
Las autoridades judiciales deberían evaluar el papel de (el príncipe heredero saudí) Muhamad bin Salman en (...) crímenes de guerra cometidos por la (llamada) coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen desde 2015”, ha dicho el director ejecutivo de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth.
En la denuncia se señalan violaciones del derecho internacional de las que Bin Salman podría ser penalmente responsable, la ausencia de investigaciones sobre presuntos violaciones del derecho internacional por las autoridades saudíes y la jurisdicción universal, conforme al derecho internacional y al derecho argentino.
“Las autoridades judiciales deberían evaluar el papel de Muhamad bin Salman en (...) crímenes de guerra cometidos por la (llamada) coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen desde 2015”, ha dicho por su parte el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
Desde que reconoció el asesinato de Khashoggi e incluso antes, Riad —en particular su príncipe heredero— enfrenta críticas furibundas de los medios de comunicación, de políticos y de activistas pro derechos humanos, pues en un primer momento se encastilló en la negación de los hechos. Khashoggi, decían, había abandonado el consulado saudí por su propio pie.
Bin Salman, acusado de ordenar el crimen, ha desempeñado también un papel fundamental en la inhumana guerra contra Yemen y en el inopinado “secuestro” del premier de El Líbano, Saad Hariri.
Según ha reportado recientemente el Centro Legal para Derechos y Desarrollo de Yemen, los bombardeos de Arabia Saudí y sus aliados en Yemen se han cobrado la vida de más de 15 000 yemeníes.
Arabia Saudí inició en 2015 una campaña militar contra Yemen con el fin de restaurar en el poder al expresidente prófugo Abdu Rabu Mansur Hadi y hacer frente al movimiento popular yemení Ansarolá, que goza de gran apoyo entre la población.
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