“El reino está interesado en una relación positiva con Irán, incluida una relación que nos brinde beneficios a ambas partes”, afirmó el sábado el ministro saudí de Asuntos Exteriores, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud.
En declaraciones durante la 58.ª Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, por sus siglas en inglés), el jefe de la Diplomacia saudí dijo que, por lo tanto, la monarquía de los Al Saud no solo está interesada en alguna distensión política, sino que está interesada en tener relaciones con el país persa.
Para lograr este objetivo, agregó, el reino árabe está buscando programar una quinta ronda de conversaciones directas con Irán y agregó que la restauración de las relaciones Teherán-Riad requiere progreso en los temas que “conciernen a Arabia Saudí y sus vecinos”.
¿Cuál es la raíz de la tensión Teherán-Riad?
Arabia Saudí rompió relaciones diplomáticas con Irán en enero de 2016, tras protestas frente a las representaciones diplomáticas saudíes en Teherán (capital iraní) y Mashad (noreste del país persa) contra la ejecución del prominente clérigo chií el sheij Nimr Baqer al-Nimr por Riad.
Irán le reprocha a la monarquía árabe por servir a los intereses de EE.UU. y su agenda injerencista y desestabilizadora en la región de Asia Occidental. Asimismo, la devastadora guerra que mantienen Riad y sus aliados en Yemen, desde marzo de 2015, ha sido uno de los motivos por los que Irán critica duramente a Arabia Saudí.
Desde principios de abril, se han llevado a cabo diálogos en Bagdad a fin de reducir la tensión entre las dos potencias regionales. En el marco de estas conversaciones, la Cancillería persa anunció en pasado enero que tres diplomáticos iraníes llegaron a la ciudad saudí de Yida para reanudar su trabajo en la Organización de Cooperación Islámica (OCI) tras seis años de ruptura de lazos con Riad.
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