El ministro saudí de Asuntos Exteriores además ha dado este domingo un plazo de 48 horas a los diplomáticos iraníes para que abandonen la monarquía árabe.
Al-Yubeir ha hecho estas declaraciones después de que la noche del sábado manifestantes iraníes se congregaran frente a los edificios de las representaciones diplomáticas saudíes en Teherán (capital) y Mashad (noreste) para condenar la ejecución del opositor clérigo Al-Nimr por el régimen de Riad.
La ejecución del líder chií junto con 46 personas por cargos de “terrorismo” provocó una ola de condena y protestas a nivel internacional por parte de diferentes gobiernos, organizaciones y grupos, desde la ciudad natal del sheij, la oriental Al-Qatif, hasta Baréin, Paquistán, Irak o El Líbano.
Por su parte, el presidente iraní, Hasan Rohani denunció enérgicamente la ejecución del líder chií por el régimen Al Saud, sin embargo, afirmó que la nación persa no permitirá que los grupos “radicales” utilicen el asesinato de Al-Nimr como un pretexto para recurrir a medidas "ilegales".
Al-Nimr fue detenido en julio de 2012 y condenado a la pena capital el 15 de octubre de 2014 por apoyar las protestas antigubernamentales, defender los derechos de los prisioneros y desobedecer a la familia real que rige el país árabe.
La ejecución del destacado clérigo fue duramente criticada por grupos pro derechos humanos y desató ira y las protestas entre las comunidades chiíes de toda la región.

Amnistía Internacional (AI) señaló que las ejecuciones demuestran el “absoluto desprecio por los derechos humanos y la vida” de las autoridades saudíes y consideró la ejecución de Al-Nimr como “política y manifiestamente injusta”.
Asimismo, la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) calificó la medida de “otra mancha” en el historial de derechos humanos saudí.
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