Un portavoz del ministerio de Defensa, Dawlat Waziri, ha asegurado este lunes que las operaciones se efectuaron el domingo en la provincia sureña de Helmand y todos los muertos eran miembros de un sector de Talibán que recientemente ha declarado su lealtad a Daesh.
Además, durante las últimas 24 horas, el Ejército afgano ha eliminado a 63 hombres armados entre ellos a un comandante de Daesh. También hirió a doce insurgentes y arrestó a otros 18 en el transcurso de las ofensivas desarrolladas en seis de las 34 provincias afganas y en las que también fallecieron dos soldados.
Entre los terroristas ultimados se encontraba el jefe militar de EIIL, Hafez Vahedi, el sustituto del Molá Abdolrauf Jadem.
El exjefe militar del grupo takfirí en Afganistán, Molá Abdolrauf Jadem, fue aniquilado el pasado mes de febrero en la misma provincia de Helmand.
Las fuerzas de seguridad han intensificado recientemente sus ofensivas en todo el país ante la inminente llegada de la primavera, estación en la que se incrementan los ataques terroristas, especialmente en las zonas poco accesibles durante la época de frío y nieve.
A finales de 2014, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU., finalizó su misión de combate en Afganistán, país que invadió en 2001 bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo, una falsa tentativa que no ha reducido las amenazas de los terroristas, sobre todo de los talibanes.
A pesar de la retirada de las tropas foráneas de Afganistán, al menos 13 500 efectivos militares, la mayoría estadounidenses, permanecen en territorio afgano en el marco del polémico Acuerdo de Seguridad Bilateral (BSA, por sus siglas en inglés), sellado entre Washington y Kabul el pasado 30 de septiembre de 2014.
Los afganos creen que este plan de Washington es una estrategia ideada para una ocupación neocolonial indefinida de su país.
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