• Combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá.
Publicada: miércoles, 31 de marzo de 2021 23:07

Un comandante de alto rango de las llamadas fuerzas especiales de Arabia Saudí ha sido abatido en un ataque de las fuerzas populares yemeníes en Marib.

El general de brigada Saleh al-Abab, jefe de operaciones de las llamadas fuerzas especiales de Arabia Saudí, ha muerto en un ataque del movimiento popular yemení Ansarolá en la ciudad de Marib (centro-oeste de Yemen), ha informado este miércoles un corresponsal del canal de televisión iraní Al-Alam en Yemen.

El ataque además ha causado la muerte de otras decenas de mercenarios de la coalición, liderada por Arabia Saudí, en dicha zona, según el informe.

El ataque se produce en medio de los recientes avances del Ejército yemení, respaldado por Ansarolá, en Marib, una ciudad rica en petróleo y último feudo de las fuerzas respaldadas por Arabia Saudí en el norte de Yemen; es decir, las fuerzas leales al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi.

 

Las fuerzas yemeníes han advertido que continuarán dando golpes a Arabia Saudí, tanto en su propio territorio como en las zonas que controlan sus mercenarios en Yemen, mientras Riad y sus aliados mantengan el bloqueo y los bombardeos.

Riad confirma el impacto de ataques desde Yemen

Desde el inicio de la campaña de agresión saudí a Yemen, en marzo de 2015, las fuerzas yemeníes han llevado a cabo un total de 359 ataques con misiles balísticos contra centros militares e infraestructuras vitales del reino árabe, ha anunciado este miércoles el ministro de Información saudí, Mayid bin Abdolá al-Qasabi.

Durante ese período, ha agregado el ministro, la monarquía saudí ha sido también blanco de 589 ataques con aviones no tripulado (drones) de combate del Ejército yemení.

Al-Qasabi ha acusado a Ansarolá de rechazar el llamado ‘plan de paz de Riad y de no tener intención de acabar con la guerra por su continuidad en los ataques contra Marib.

Arabia Saudí, inquieto por los sucesivos avances de Ansarolá, ha ofrecido “un plan de paz” que contempla la reapertura limitada del aeropuerto de Saná, capital yemení, y el tránsito de alimentos y combustible a través del puerto de Al-Hudayda (oeste), ambos controlados por las fuerzas populares de Yemen.

Ante ello, Ansarolá, dice que el fin del asedio no debe supeditarse a cuestiones políticas o militares de los agresores, y rechaza cualquier pacto que no ponga un verdadero y completo cese a la agresión de larga data contra Yemen.

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