“No permitiremos que Yemen se convierta en el patio trasero de Arabia Saudí y de los intervencionistas extranjeros”, ha declarado el ministro del Turismo del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Ahmed al-Ali.
En una entrevista concedida a la cadena libanesa de noticias Al Mayadeen, publicada este sábado, Al-Ali ha subrayado que tienen la responsabilidad de liberar el país de los agresores.
Tras alabar los avances cosechados por el Ejército y los comités populares de Yemen en las provincias de Al-Jawf (norte) y Marib (centro), ha subrayado, asimismo, que los yemeníes están decididos a poner fin a las intervenciones de Riad en su país.
También ha advertido que si el régimen de los Al Saud y sus aliados no acaban con sus injerencias y agresiones en Yemen, las fuerzas yemeníes continuarán sus operaciones en suelo saudí.
Esta semana, las tropas yemeníes, junto con los combatientes del movimiento popular Ansarolá, se han hecho con el control de Al-Hazm, capital de Al-Jawf. La liberación de esta ciudad estratégica es un suceso potencialmente “revolucionario”, pues permite a las fuerzas yemeníes cercar la provincia de Marib, rica en hidrocarburos.
Además, el Ejército yemení y Ansarolá cuentan con tecnología avanzada, como misiles balísticos y aviones no tripulados (drones), y han realizado decenas de ataques de represalia contra el régimen saudí y sus aliados tanto dentro como fuera del territorio yemení, algo que ha cambiado la ecuación del poder desde el inicio de la agresión a Yemen en 2015.
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