En un discurso ofrecido con ocasión del cuarto aniversario del inicio de la brutal campaña militar de Arabia Saudí y sus aliados contra Yemen, el 26 de marzo de 2015, el dirigente de Ansarolá ha alabado este lunes la gran resistencia y firmeza del pueblo yemení ante los crímenes de Riad, que cuenta con el apoyo de Washington y el régimen de Tel Aviv.
“La guerra contra Yemen lanzada hace cuatro años por la coalición saudí, sigue adelante con los respaldos de Estados Unidos e Israel”, ha censurado Al-Houthi, mientras calificaba a Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) como herramientas con las que Washington y sus aliados buscan materializar sus objetivos en la región.
El alto número de bajas civiles que han dejado los ataques saudíes, ha agregado el dirigente de Ansarolá, muestra el carácter salvaje de los invasores a Yemen.
“La agresión contra Yemen carece de toda legitimidad, pues nadie puede justificar la matanza de mujeres y niños, ni la violación de sus derechos”, ha aseverado.
La campaña de bombardeos de Arabia Saudí ha causado más de 60 000 civiles muertos en el país más pobre del mundo árabe, y ocasionado “la mayor crisis humanitaria del mundo”, con unos 22 millones de personas que necesitan ayuda para sobrevivir y varios millones más que padecen hambruna.
La guerra contra Yemen lanzada hace cuatro años por la coalición saudí, sigue adelante con los respaldos de Estados Unidos e Israel”, censura el líder del movimiento popular de Ansarolá de Yemen, Abdulmalik al-Houthi.
Hace pocos días, el Senado de EE.UU. votó para poner fin al apoyo a la guerra liderada por saudíes en Yemen. Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, el aliado de Riad, se ha comprometido a vetarlo una vez aprobada la decisión en la Cámara de Representantes.
El régimen saudí y sus aliados cuentan además con el apoyo del régimen israelí, que ha vendido en secreto diferentes tipos de armas avanzadas al reino árabe, ya que el régimen de Tel Aviv carece de relaciones diplomáticas formales con Riad y Abu Dabi.
Un informe publicado el 21 de marzo reveló un viaje secreto de delegaciones saudíes y emiratíes, compuestas por autoridades militares de alto nivel, a Tel Aviv en diciembre de 2018, donde recibieron intensos entrenamientos militares y de guerra por oficiales del ejército israelí en una base militar en los territorios ocupados palestinos.
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