Tras una sesión final de negociaciones, que se prolongó durante 24 horas en Berlín, capital de Alemania, por fin se logró un pacto entre Angela Merkel y Martin Schulz sobre un Gobierno de alianza.
Los conservadores y socialdemócratas son socios de Gobierno desde 2013. No obstante, desde las elecciones del mes de septiembre de 2017, no lograban ponerse de acuerdo en temas como la inmigración, el sistema de salud y la reforma laboral.
La gran coalición, a falta del visto bueno de los socialdemócratas, pidió el reparto de carteras ministeriales. Martin Schulz renunciará como líder del SPD y asumirá la cartera de Exteriores. También los ministerios de Finanzas y de Trabajo quedarán en manos del SPD.
Muchos países y funcionarios europeos saludan el pacto. La Unión Europea (UE) ha celebrado que el acuerdo permite retomar los debates sobre la Eurozona.
Pese a tanto beneplácito, el partido ultra derechista y antimigrante Alternativa para Alemania (AfD) califica al partido de Merkel como una “cáscara vacía”. Dice que no retuvo ninguno de los puestos importantes del Gabinete en el acuerdo, por temor a la votación de los socialdemócratas.
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