Naser Qandil, exparlamentario de El Líbano y jefe de redacción del diario libanés Al-Binaa, ha destacado que la reciente reunión del presidente sirio, Bashar al-Asad, y el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, mandó un claro mensaje:
“Israel tendrá que asumir las consecuencias de jugar con fuego si continúa con sus incursiones en Siria, y que (en la cita) se decidió cómo será la respuesta sirio-iraní y que desafiar (esta decisión) encenderá la región”, escribe en un artículo publicado este martes por Al-Binaa.
Además, explica que el referido “contundente mensaje sirio-iraní” se le hará llegar al presidente ruso, Vladimir Putin, para que lo use como baza en las negociaciones que tiene previsto mantener con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Rusia.
Israel tendrá que asumir las consecuencias de jugar con fuego si continúa con sus incursiones en Siria, y que (en la cita) se decidió cómo será la respuesta sirio-iraní y que desafiar (esta decisión) encenderá la región”, ha comentado Naser Qandil, exparlamentario de El Líbano, sobre el reciente encuentro del presidente sirio, Bashar al-Asad, con las autoridades persas.
De acuerdo con Qandil, el encuentro entre el Líder de Irán y Al-Asad estaba lejos de ser una “consulta de rutina”, pues más bien puso de relieve que se abre una “nueva etapa” en Oriente Medio que requiere de decisiones de alto nivel.
La reunión, prosigue, se produjo tras la toma de decisiones relacionadas con las negociaciones entre Irán y Europa, que aparentemente no cubrieron las expectativas de Teherán a un nivel que este asegure que seguirá comprometido con el acuerdo nuclear alcanzado en 2015.
Además, tuvo lugar después de que se agotara el tiempo dado al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para resolver la situación en la provincia siria de Idlib (noroeste) y evitar que se opte por una intervención militar, ha recordado el político libanés, al mencionar también el tema de la salida de EE.UU. de Siria.
“La región está entrando en una nueva fase (…) Europa está dividida entre su deseo por sumarse a las políticas estadounidenses y la incapacidad de practicar una política independiente; Turquía juega en el último cuarto de hora, como lo hizo en la víspera de los combates en Alepo; e Israel apuesta por mantenerse en el borde del abismo después de perder su capacidad de disuasión”, infiere.
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