Según informa este lunes la agencia británica Reuters, que cita a funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato, Washington ha mantenido varias conversaciones con los representantes de países del Golfo Pérsico, como los Emiratos Árabes Unidos (EAU), instándolos a no restablecer los vínculos con el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
El informe agrega que EE.UU. ha urgido además a los países árabes a que no respalden el retorno de Siria a la Liga Árabe (LA), y que mantengan cerradas sus embajadas en este país o dejen operar sus legaciones solo con personal de categoría inferior.
“Washington está ejerciendo presión contra estos países, y Arabia Saudí y Egipto están trabajando para frenar la readmisión de Siria en la Liga Árabe”, ha indicado un alto diplomático estadounidenses a Reuters.
Otro diplomático norteamericano ha dicho que EE.UU. no quiere que Siria sea bienvenida de nuevo en la comunidad internacional hasta que se acuerde un proceso político lanzado desde Washington. “Sin un proceso político, liderado por EE.UU., sería difícil eliminar las sanciones contra Siria”, ha comentado.
Washington está ejerciendo presión contra los países árabes, y Arabia Saudí y Egipto están trabajando para frenar la readmisión de Siria en la Liga Árabe”, indica un alto diplomático estadounidenses.
Los países miembros de la Liga Árabe suspendieron a finales de 2011 la membresía de Siria en el bloque, acusándola de “no haber facilitado una solución política a la crisis”. Poco después, procedían a cerrar sus sedes diplomáticas e impusieron una ronda de sanciones contra el país árabe.
Pero, tras las últimas victorias de Damasco frente a los grupos armados y terroristas, delegaciones de muchos países occidentales y árabes han viajado a Siria para preparar la reanudación de sus lazos con el Ejecutivo sirio en distintos sectores como el comercio y la industria.
El pasado 27 de diciembre, (los EAU) reabrieron su embajada en Damasco, la capital siria, medida que presentaron como primer paso en la normalización de las relaciones con el Gobierno de Al-Asad. Tras Abu Dabi, informaron de su decisión de reabrir sus legaciones Baréin y Kuwait.
El Gobierno de Damasco, no obstante, ha denunciado las presiones y demandas de ciertos países árabes y occidentales que dificultan el proceso de la reconciliación con Siria, resaltando que no se rendirá ante chantajes y no aceptará condiciones para reintegrarse a la Liga Árabe.
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