Después de una serie de combates, las unidades de Fath al-Sham (antiguo Frente Al-Nusra y exfilial siria de Al-Qaeda) lograron arrebatar al llamado Movimiento Ahrar al-Sham el cruce de Jirbet al-Yawz, localidad ubicada en el oeste de la referida provincia noroccidental y cerca de la frontera con Turquía.
En su publicación del jueves el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) también reportó otro enfrentamiento entre ambas facciones en las localidades de Yisr al-Shugur y Bdama, donde Fath al-Sham se apoderó de algunas posiciones de Ahrar al-Sham, en la misma provincia, según recogió la agencia británica Reuters.
Fuentes locales puntualizaron que los recientes enfrentamientos se originaron en las permanentes discrepancias entre ambos grupos armados que controlan la mayor parte de Idlib, localidad que se ha convertido en el principal feudo de los grupos rebeldes después de la liberación de la ciudad norteña de Alepo en diciembre pasado.
Se afirma que algunos integrantes de Ahrar al-Sham han caído cautivos en manos de Fath al-Sham. Todavía no ha habido informes sobre posibles víctimas como consecuencia de estos choques, pero hay posibilidades de que estos se conviertan en una guerra entre los “rebeldes”.
Además se notificaron que los grupos en cuestión mantuvieron luchas en otras partes de Idlib con el objetivo de marcar territorio y controlan el puesto de control de Al-Zouaimeh y la ruta Kafer Jouz. Ambas facciones extremistas se acusan mutuamente en las redes sociales de haber socavado “los valores de la revolución siria”.
El control de los cruces fronterizos es un negocio lucrativo para los grupos terroristas, ya que otorga un virtual monopolio de la ayuda y las armas que son traficadas desde Turquía a Siria.
Los grupos armados suelen cobrar dinero a la población que circula por los puestos y las rutas bajo su control, un hecho que ayuda a financiar sus actividades militares.
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