“Desde que estalló el conflicto armado, la población siria se ha reducido en un 15 %. Casi cuatro millones de ciudadanos se encuentran como refugiados, y millón y medio ha emigrado en busca de trabajo. Seis millones, casi el 40 por ciento de la población, se encuentran desplazados dentro del país”, indica el informe elaborado con la colaboración de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según el informe del SCPR, en total, 10 millones de sirios se han visto obligados a huir de sus hogares, y unas 210.000 personas han sufrido “la terrible pérdida de la vida”, mientras unos 840.000 han resultado heridos en cuatro años de conflicto armado.
Asimismo, el documento alerta sobre la disminución de la esperanza de vida en la sociedad siria, la que se ha reducido de 75,9 años en 2010 a unos 55,7 a finales de 2014, el equivalente a una bajada de algo más de dos décadas.
El estudio resalta, de igual manera, que la economía siria ha perdido en estos cuatro años más de 202.6 millones de dólares, a través de la fuga de capitales, la destrucción masiva y una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) de casi $120 millones.
Como consecuencia de esta contracción, agrega el informe ‘Siria: alienación y violencia. Informe del impacto de la crisis en Siria’, el desempleo se ha situado en el 58 %, 2,96 millones de personas han perdido sus puestos de trabajo, y unos 12,2 millones no cuentan con los mismos medios de vida que antes del conflicto.
No obstante, precisa que, pese a la situación dramática, hay esperanzas de salir de esta desgracia, si el conflicto se soluciona lo antes posible, a través de un proceso político.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de sangrientos conflictos armados provocados por mercenarios procedentes de varios países del mundo, que reciben el apoyo de Occidente y sus aliados regionales para derrocar al Gobierno de Bashar al-Asad.
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