El jefe de Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia, Mijaíl Mizíntsev, denunció el miércoles que el Gobierno ucraniano está preparando la escenificación de un crimen de guerra para luego achacarlo a las tropas rusas, agregó, después de que las unidades de la 57.ª Brigada de Infantería Motorizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania atacaran el martes por error el mercado central de la ciudad de Lisichansk, en la región de Lugansk.
“Están llevando vehículos destruidos y ambulancias. Están trayendo los cuerpos de soldados ucranianos con ropa civil al mercado central de la ciudad de Lisichansk”, indicó el funcionario ruso.
Dijo también que los planes de Kiev incluyen la toma de “fotografías y grabaciones de vídeo escenificadas” por lo que invitará a representantes de las agencias de noticias locales y de países occidentales, como Estados Unidos, Letonia, el Reino Unido y Polonia, entre otros.
Mizíntsev indicó también que las fuerzas ucranianas siguen utilizando edificios e infraestructuras de la sanidad pública para habilitar puestos de apoyo y desplegar armas pesadas.
Ante tal situación, exigió a las organizaciones internacionales y a la Organización Mundial de Salud (OMS) en particular, a ejercer su influencia sobre el Gobierno de Kiev y adoptar medidas para asegurar que la infraestructura de salud no se use con fines militares.
Es más, el alto cargo denunció que los nacionalistas ucranianos siguen manteniendo como rehenes a 90 ciudadanos extranjeros procedentes de cinco países.
Desde el inicio de la operación militar rusa contra su vecino, Moscú ha advertido de los crímenes de Kiev contra civiles, así como sus planes para realizar operaciones de falsa bandera, a fin de echarle a Rusia la culpa de tales ataques contra la población civil, como fue el caso de los polémicos crímenes en la ciudad de Bucha, los cuales para Rusia no fueron más que un montaje.
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