El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, el general mayor Igor Konashenkov informó el jueves de que la defensa aérea rusa, en las últimas semanas ha derribado 45 drones que pretendían atacar la base aérea de Hmeimim, situada en la provincia de Latakia (noroeste de Siria) y considerada el principal centro de las operaciones rusas en el país árabe.
El general ruso ha destacado que, a pesar de que esos aviones no tripulados parecían elementales, utilizaban tecnologías sofisticadas y tenían un rango de acción de hasta 100 kilómetros (60 millas).
Los drones, equipados con artefactos explosivos, dispositivos de navegación y sistemas de control, no podrían haber sido ensamblados por los terroristas “sin ninguna ayuda externa”, aseveró Konashenkov, sin especificar quiénes habrían ayudado.
Tras analizar los drones derribados, los expertos han llegado a la conclusión de que el trabajo de montaje se basa en “una instrucción clara desarrollada por especialistas”, explicó Konashenkov.
De acuerdo con el alto cargo militar ruso, el número de ataques con drones ha aumentado recientemente y todos fueron lanzados por terroristas estacionados en la provincia norteña de Idlib.
La base de Hmeimim es blanco de frecuentes ofensivas con aparatos aéreos no tripulados. El 6 de enero, grupos armados lanzaron un ataque masivo, pero fue neutralizado por los militares rusos que consiguieron destruir siete drones y hacerse con el control de otros seis.
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