“Está claro por qué el éxito del Ejército sirio causa semejante indignación en la parte turca. Turquía trata de proteger su sucio negocio con los terroristas. Además, los medios de comunicación controlados por Turquía también tratan de protegerlo como pueden”, ha dicho Maria Zajarova, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
Está claro por qué el éxito del Ejército sirio causa semejante indignación en la parte turca. Turquía trata de proteger su sucio negocio con los terroristas. Además, los medios de comunicación controlados por Turquía también tratan de protegerlo como pueden", ha dicho Maria Zajarova, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.
Zajarova ha señalado también las muertes causadas entre los kurdos como otro de los problema que intranquilizan a los funcionarios de Ankara.
A continuación, la portavoz rusa ha declarado que las recientes afirmaciones del representante permanente de Turquía en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el rechazo de Moscú a dialogar con Ankara pone de relieve el deseo turco de eludir su responsabilidad en el derribo de caza ruso.
“Consideramos que no es más que un movimiento de propaganda. Creemos que estas medidas están diseñadas para declinar toda responsabilidad por la destrucción del avión de combate ruso y el asesinato del comandante de la tripulación”, ha dicho Zajarova.
La diplomática rusa ha señalado que la propia Turquía no está haciendo nada para crear las condiciones de la reanudación del diálogo con Rusia.
Tras advertir de que las provocaciones de Turquía no permanecerán sin respuesta, la funcionaria ha añadido que ni la negativa categórica a admitir su culpa en el derribo del caza, ni la falta de voluntad para sancionar a los implicados en ese crimen ni el doble rasero de Turquía en la lucha contra el terrorismo favorecen la aparición de oportunidades para reanudar un diálogo constructivo con Turquía en un futuro cercano.
Las relaciones entre Rusia y Turquía se deterioraron después de que Turquía derribara el pasado 24 de noviembre, cerca de la frontera turco-siria, un bombardero ruso Sujoi Su-24 que retornaba a su base tras bombardear posiciones terroristas en Siria.
El presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de inmediato el derribo del avión ruso como una “puñalada por la espalda que tendrá serias consecuencias para la relación de Rusia con Turquía”. Posteriormente, Moscú anunció cambios en sus lazos bilaterales, militares y turísticos.
alg/mla/hnb
