Tras un acuerdo con la hacienda británica, el gigante de Internet ha negociado un pago de 130 millones de libras por sus beneficios durante este tiempo. La oposición denuncia trato ventajoso para la multinacional americana.
Desde que Google comenzó su actividad en 1998, el buscador más usado en el mundo se ha implantado sin aviso en la vida de millones de personas. Una gran red de comunicación que conecta a millones de personas, quienes intercambian información y servicios y generan beneficios. Google es también, una máquina de fabricar dinero.
En 2015, volvió a ser el buscador más utilizado en Inglaterra con más de un 88 % del mercado tanto en ordenadores como en teléfonos móviles, pero los beneficios de esta actividad los declara en Irlanda, y a consecuencia de esto, Google apenas paga impuestos en el Reino Unido.
Tras un acuerdo entre el gigante americano y la hacienda británica, Google pagará un total de 130 millones de libras por su actividad durante los últimos diez años. John McDonnell, vicepresidente del Partido Laborista, afirma que esta cantidad supondría estar sometido a un impuesto corporativo de un 3 % frente al 20 % que opera en el Reino Unido. El acuerdo ha sido duramente criticado por la oposición en el Parlamento, y tildado de poco transparente.
El exministro del Hacienda, George Osborne, ha calificado este acuerdo como todo un éxito mientras que su compañero del Gabinete Patrick McLoughlin, ha comentado que desearía que Google pagase más en impuestos en el Reino Unido.
Aunque sobre el papel, Google parece estar cumpliendo con la legislación británica, esta está tan abierta interpretación, que tanto la oficina nacional de auditorías como la Unión Europea (UE), podrían clasificar este acuerdo como insuficiente.
La UE ha anunciado que estudiará las quejas presentadas por el Partido Laborista y por el Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).
Ian Diez, Londres.
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