Durante su discurso ante la Asamblea General de la ONU (AGNU), reunida el jueves para conmemorar y promover el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, el embajador y representante permanente de Irán ante las Naciones Unidas, Amir Said Iravani, se refirió a las nuevas formas de riesgo nuclear, incluidos los ataques deliberados contra instalaciones nucleares.
“Los peligros que plantean los ensayos nucleares no se limitan únicamente a las explosiones deliberadas; la amenaza o el uso de la fuerza contra instalaciones nucleares conlleva riesgos igualmente graves”.
En este contexto, Iravani añadió que los recientes ataques “imprudentes” de Israel y Estados Unidos contra las instalaciones nucleares iraníes, que operan bajo la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y se dedican exclusivamente a fines pacíficos, ponen de relieve esta urgente preocupación.
Asimismo, afirmó que los ataques de junio “constituyen una flagrante violación del derecho internacional, incluidos los principios de la Carta de las Naciones Unidas”, declarando “se consideran un ataque directo a los cimientos del multilateralismo”.
El diplomático iraní subrayó que también representan “una grave amenaza para la paz y la seguridad internacionales” y socavan la confianza en “el régimen de no proliferación y desarme nuclear”.
Refiriéndose a los ataques israelíes contra ciudades iraníes que albergan estaciones del Sistema Internacional de Vigilancia (SIV), Iravani enfatizó que estas “acciones ilegales” son igualmente alarmantes, “ponen en peligro la seguridad e integridad de dichas instalaciones” y la vida de su personal técnico y afectan la infraestructura misma que sustenta el régimen de verificación global.
“Por lo tanto, la comunidad internacional debe condenar inequívocamente estas acciones, exigir responsabilidades a quienes violan el derecho internacional y fortalecer la protección legal de las instalaciones nucleares para que la seguridad de las instalaciones nucleares pacíficas se convierta en una regla inviolable”, enfatizó.
Igualmente, destacó que los perpetradores de estas agresiones deben saber que no pueden gozar de impunidad por estas “graves violaciones”.
“Sería una clara hipocresía y un doble rasero condenar los ensayos nucleares y hacer la vista gorda ante acciones que conllevan consecuencias similares”, subrayó.
Además, consideró que el silencio sobre los nuevos riesgos nucleares como una “traición” a la memoria de las víctimas de los ensayos nucleares.
Advirtió que los ataques a instalaciones nucleares protegidas no solo violan los derechos inalienables de un Estado soberano, sino que también socavan la credibilidad del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y la confianza que lo sustenta.
“Si las instalaciones nucleares con fines pacíficos ya no pueden considerarse inmunes a la amenaza o al uso de la fuerza, ¿qué sentido tienen las garantías que promete el Tratado?”, se preguntó Iravani.
El 13 de junio, Israel lanzó una agresión flagrante y no provocada contra Irán, desencadenando una guerra de 12 días que causó la muerte de al menos 1064 personas en el país, incluyendo comandantes militares, científicos nucleares y civiles.
Estados Unidos también entró en la guerra bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes, en una grave violación del derecho internacional.
El 24 de junio, Irán, mediante sus exitosas operaciones de represalia contra el régimen israelí y Estados Unidos, logró poner fin a la agresión terrorista.
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