“En respuesta a la medida de Australia, Irán ha reducido recíprocamente el nivel de representación diplomática australiana en el país, conforme a las normas del derecho diplomático”, ha informado Esmail Baqai en una entrevista con la agencia iraní de noticias IRNA.
Al subrayar que Irán no aboga por la reducción de los vínculos con otros países, Baqai ha asegurado que “no había motivo ni justificación para ello” y que la decisión de Australia “afecta los lazos entre ambos pueblos”.
El portavoz iraní ha destacado que la sección consular de la embajada en Canberra “sigue activa”. “Pese a las restricciones impuestas, se procura brindar los servicios necesarios a los iraníes residentes en Australia”, ha agregado.
También, ha tachado de “absurda e infundada” la acusación de antisemitismo formulada por las autoridades australianas contra Irán.
El pasado agosto, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, anunció la expulsión del embajador de Irán en Canberra, tras acusar a Teherán de estar detrás de los ataques antisemitas contra la comunidad judía en Australia. En ese contexto, anunció la suspensión de las actividades de su embajada en Teherán y el traslado de sus diplomáticos a un tercer país.
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica de Irán expresó su profundo rechazo a la decisión del gobierno australiano de expulsar al embajador y a varios diplomáticos iraníes, calificándola de “injustificada e incompatible con las normas diplomáticas vigentes entre ambos países”.
Teherán consideró que la medida responde a un intento de Canberra por congraciarse con el régimen israelí, al que describió como dirigido por “criminales de guerra”, en un contexto de creciente solidaridad del pueblo australiano con Palestina.
msr/rba