La Fundación Hind Rajab, organización de derechos humanos y legal con sede en Bruselas, junto con el Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR, por sus siglas en inglés), una organización palestina independiente de derechos humanos con sede en Gaza, ha presentado una demanda ante la CPI contra los asesinos de Anas Al-Sharif, corresponsal de Al Jazeera en Gaza, y otros cuatro periodistas de la cadena catarí, quienes fueron asesinados en un ataque israelí el domingo en Gaza.
En este sentido, la fundación responsabilizó a seis altos mandos militares israelíes por el asesinato de Al-Sharif y sus colegas, entre ellos, principalmente, el jefe del estado mayor del ejército israelí, Eyal Zamir.
Entre los nombrados también se incluyen el comandante de la fuerza aérea israelí, mayor general Tomer Bar, el jefe del comando sur, mayor general Yaniv Asor, el excomandante de la Unidad 8200, Yossi Sariel, y Avichay Adraee, vocero del ejército sionista.
La Fundación Hind Rajab subrayó que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya buscado por la CPI, se encuentra al frente de la cadena política y ha alentado la estrategia de atacar a periodistas como parte de la agresión a Gaza.
Utilizando patrones operativos, informes de inteligencia de señales y análisis militares expertos, la fundación identificó la cadena de mando detrás del asesinato.
La noche del domingo 10 de agosto, los corresponsales de Al Jazeera, Anas Al-Sharif y sus colegas, se sumaron a la lista de 236 periodistas asesinados por Israel durante su brutal guerra en la Franja de Gaza, después de que un ataque israelí impactara la tienda de campaña del equipo de Al Jazeera cerca del Complejo Médico Al-Shifa.
El asesinato de Anas Al-Sharif y sus colegas no son incidentes aislados. Las investigaciones de la FHR y del PCHR revelan una política sistemática que apunta a los periodistas.
En otra parte de sus declaraciones, la organización de la FHR, destacó que “en la guerra de Gaza, los periodistas locales no son solo cronistas, son la última línea de testigos independientes de un conflicto al que los corresponsales extranjeros tienen prohibido acceder. Silenciarlos no es un daño colateral; es estratégico”.
La denuncia presentada a la CPI dice que “la evidencia está allí. La base legal es inquebrantable. La jurisdicción está establecida más allá de toda duda. Lo que queda es que la Corte Penal Internacional pase de las declaraciones de profunda preocupación y dé el paso decisivo que la justicia exige, actuar”.
Afirmó que “el asesinato de periodistas en Gaza no es una nota al pie de la historia; es el método mediante el cual se ocultan al mundo todos los demás crímenes de guerra. Es el cegamiento deliberado de los ojos de la humanidad, la eliminación de los testigos que se interponen entre la atrocidad y el olvido. Ignorar esto no es neutralidad: es complicidad. Es otorgar a los perpetradores el silencio que buscan”.
La guerra genocida israelí en Gaza ha causado la muerte de un total de 61 722 palestinos y heridos a 154 525 desde el 7 de octubre de 2023, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud del enclave.
La Fundación Hind Rajab se creó en febrero de 2024, tiene su sede en Bruselas y se dedica a perseguir a funcionarios políticos y militares israelíes a través de casos legales en todo el mundo acusados de cometer crímenes de guerra contra los palestinos.
La fundación lleva el nombre de una niña palestina de cinco años asesinada por el ejército israelí junto con seis de sus familiares cuando su coche fue bombardeado en el suroeste de la ciudad de Gaza el 29 de enero de 2024.
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