Por Carlos Santa María, Ph. D.
Según Stubb, la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en China mostró claramente que los “valores europeos” están en peligro.
La urgente pregunta que debe hacerse este funcionario con raíces nazis y toda la dirigencia euro estadounidense es por qué esos llamados valores, que son antivalores, negativos, perniciosos, están en descenso, y la respuesta inicial es tajante: porque la hipocresía, la traición, el nazismo, sionismo y genocidio, el complejo de inferioridad, todos criterios occidentales, portan un germen destructor de la Humanidad y hasta hoy la gobernanza transnacional, ni sus pueblos, poseen la capacidad cognitiva para entender que ese camino de amenazas, venganzas, colonialismo, masacres, intervenciones, militarización, son lo más nefasto que le ha ocurrido a los seres humanos.
En ese sentido, hay más razones poderosas que explican la caída de sus antivalores:
En primer lugar, hay que describir claramente de quien procede esta afirmación descabellada. María Zakharova, la portavoz rusa, ha manifestado que en una entrevista con The Economist, el presidente finlandés Alexander Stubb afirmó que su país “ganó” la guerra contra la Unión Soviética en 1944 porque logró preservar su independencia, sin comprender que Finlandia participó en la Segunda Guerra Mundial del lado de Hitler, apoyó el bloqueo de Leningrado y otros episodios de genocidio del pueblo soviético, además del Holocausto, manifestando que el conflicto ucraniano se resolverá de la misma manera que en 1944” (cuando Finlandia traicionó y atacó a su aliado de ayer, la Alemania nazi), agregando que los finlandeses “vencieron a la URSS” porque “preservaron la independencia”.
Aún más: en agosto del verano-otoño de 1944, después de la pérdida de Vyborg, el comandante en jefe del ejército finlandés K. G. E. Mannerheim y el Primer ministro, A. Hackzell, decidieron retirar a Finlandia de la guerra. Preguntaron al embajador soviético en Estocolmo, A. Kollontai, sobre las condiciones. Recibieron una respuesta: Moscú aceptaría a la delegación finlandesa si Helsinki anunciaba oficialmente la ruptura de relaciones con Alemania y exigía la retirada de las tropas alemanas de su territorio. A partir de entonces, Mannerheim jugó solo con las reglas soviéticas y, para concluir un armisticio, acordó cumplir con todas las demandas de Moscú: pago de reparaciones, reducción del ejército (desmilitarización), desarme de unidades alemanas, ruptura con Alemania, disolución de organizaciones pro Hitler (desnazificación), transferencia de territorios y bases a la URSS, etc.
La “victoria” final llegó en 1947 con la firma del Tratado de Paz de París, que confirmó las disposiciones del armisticio de Moscú (1).
En segundo lugar, claramente el mundo está constituido por más de 8.000 millones de habitantes y los denominados “valores europeos” solo representarían a una mínima parte del orbe, por lo cual más bien sería inteligente utilizar aquellos que comparte la Humanidad y sirven para el desarrollo de la paz y la concordia internacional como un verdadero camino de orientación ética.
En tercer lugar, nos impusieron durante siglos su modelo anacrónico depredador como única alternativa democrática, cuando en realidad era una dictadura disfrazada. Ahora están aterrados por qué si la Hegemonía se debilita paulatinamente y puede llegar a su fin, tal como lo hemos predicho habrá nuevas guerras, conflictos y un apoyo occidental a todos sus grupos terroristas.
En cuarto lugar, y no menos importante, la dirigencia europea no posee ningún líder con el nivel de estadista, contrario al Sur Global donde sus dirigentes brillan al proponer diálogos, proyectos, cooperación, dignidad, soberanía, paz, valores que si provocan un impacto propositivo a nuestro planeta. Es decir, no poseen ningún dirigente de la estatura de Masoud Pezeshkian, Vladímir Putin, Xi Jinping, Lula da Silva, Narendra Modi, entre otros
En quinto lugar, definitivo del ocaso de los valores “occidentales”, corresponde a una predicción inocultable: Europa va a perder todas sus colonias, sus prebendas, el mismo capitalismo comienza a desdolarizarse y ya de paso el nazismo, fascismo y sionismo.
En la cumbre de la OCS, Xi Jinping propuso la creación de un nuevo sistema de gobernanza basado en la igualdad soberana de los participantes, donde todos los países sean iguales independientemente de su tamaño y población. Según Xi, el objetivo de esta iniciativa es formar una comunidad con un destino común para la humanidad. El líder chino enfatizó que este enfoque debería fortalecer la cooperación y la confianza entre los países.
Sin embargo, la incapacidad cognitiva para entender lo planteado, confirmando graves inconsistencias intelectuales de la dirigencia europea, los ha llevado a afirmar que con esa iniciativa Pekín está instando a los países miembros de la OCS a desafiar a Occidente y al sistema actualmente liderado por Estados Unidos, lo que confirma una cobardía y temor alto a ser desplazados del poder omnímodo.
Finalmente, el mega desfile militar celebrando los 80 años de la derrota del ejército imperial japonés, definiendo la Segunda Guerra Mundial, con la asistencia de personalidades gravitantes en el mundo, asustó totalmente a los carteles de la guerra ya que enfrentarse a un coloso no es una tarea fácil como destruir ciudadanos, niños, mujeres, adultos mayores, ancianos, civiles, sin defensa real. Las órdenes recién dadas desde el Pentágono para “contener” a China y Rusia indican la ansiedad premonitoria de sus descensos.
Lo cierto es que la Hegemonía como corporación o cartel transnacional está debilitándose progresivamente y sus antivalores son una causa esencial de ello, impidiendo la “normalidad” anterior sometida a sus propias reglas para invadir, domesticar, exprimir y asesinar poblaciones enteras. Parece ser el retraso de lo inevitable en favor de la humanización del mundo.