“Se impuso la guerra a los iraníes y nos vimos obligados a luchar contra este acto agresivo. Dejamos claro desde el primer día que no cederemos a sus demandas injustas”, indicó el sábado el portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai, a la cadena rusa RT.
Aseveró que los iraníes lucharon con toda su fuerza y demostraron que son serios y decididos en la defensa de su seguridad e intereses nacionales.
El portavoz iraní reiteró que el uso pacífico de la energía nuclear es un derecho reconocido en el Artículo 4 del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), e Irán busca ejercer este derecho bajo el tratado, y nada más ni menos.
Condenando las amenazas de Estados Unidos, Baqai advirtió que Irán no dudará en utilizar sus capacidades reales ante cualquier agresión.
“Por supuesto, es deber de las fuerzas armadas demostrar sus capacidades en caso de cualquier nuevo aventurismo del régimen sionista o Estados Unidos, y hemos demostrado que estamos decididos a defendernos de cualquier agresor”, subrayó.
EEUU propuso un alto el fuego a través de un país árabe
Respecto al cese del fuego declarado unilateralmente por los agresores, destacó que, durante la agresión israelí-estadounidense, Irán demostró su total seriedad en la defensa de su soberanía nacional, integridad territorial e intereses.
“Lo cierto es que Estados Unidos contactó a Irán a través de un país árabe y propuso un alto al fuego y un cese de acciones agresivas. Hemos demostrado una y otra vez que Irán no busca la guerra ni la confrontación. Somos muy serios en la defensa de nuestros intereses y nuestra seguridad, pero al final, aceptamos este alto al fuego”, explicó.
Además, recalcó que el ataque de Irán a la base aérea estadounidense Al-Udeid en Catar “no fue acto de represalia” sino que “fue en ejercicio del derecho de legítima defensa, según el artículo 51 de la Carta de la ONU, contra un acto de agresión no provocado de EE.UU.”
Señaló que el ataque se dirigió a la base aérea Al-Udeid que “pertenecía a los Estados Unidos” en el territorio catarí. “No tuvo nada que ver con nuestro país amigo Catar”, agregó.
Baqai consideró que la presencia estadounidense en la región siempre ha sido una fuente de tensión e inseguridad. “Por esta razón, Irán siempre ha sugerido a sus vecinos que debemos trabajar en un sistema de seguridad colectiva que se base en la voluntad y los intereses de los países de la región, no en la influencia y presencia de fuerzas extranjeras”, recalcó.
Al ser preguntado sobre la aprobación por parte del Parlamento iraní de la suspensión de la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y que si esta decisión es vinculante, el portavoz iraní confirmó que es una decisión que el Gobierno estará obligado a implementarla.
Mientras tanto, aseveró que esta decisión no supone el fin de la cooperación con la AIEA, sino su suspensión y, al mismo tiempo, otorga al Consejo Supremo de Seguridad Nacional la autoridad para determinar el curso de acción futuro.
Condenó el último informe de la AIEA que fue instrumentalizado por los países europeos y Estados Unidos para lanzar acusaciones infundadas contra el programa nuclear de Irán, de las cuales Israel y su aliado estadounidense utilizaron como pretexto para atacar las instalaciones nucleares del país.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que nunca ha habido enriquecimiento de uranio con fines militares en Irán.
“Nuestro programa nuclear es completamente pacífico. Como mencioné, quisiera examinar los informes de la AIEA y proporcionar un ejemplo o prueba de que el programa nuclear iraní se ha desviado de los fines pacíficos. Sí, mencionaron problemas que datan de hace dos décadas o veinticinco años, pero no aportaron ninguna prueba de que el programa nuclear iraní se haya desviado hacia la producción de armamento”, explicó.
El 13 de junio, el régimen israelí lanzó una agresión abierta, no provocada y ampliamente condenada contra Irán, en la que fueron asesinados varios altos comandantes militares, destacados científicos nucleares y muchos civiles.
Más de una semana después, el 22 de junio, Estados Unidos se unió a esta ofensiva, bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes. Estos ataques representaron una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, del derecho internacional humanitario y del Tratado de No Proliferación Nuclear, del cual Irán es signatario.
La contraofensiva de Irán contra los agresores les obligó a detener la agresión y declarar un alto el fuego el 24 de junio.
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