Durante una entrevista dedicada este sábado a la cadena rusa RT, el portavoz de la Cancillería de Irán, Esmail Baqai, ha subrayado que el ataque iraní a la base estadounidense Al-Udeid (en Catar), “no fue acto de represalia” sino que fue en ejercicio del derecho de legítima defensa, según el artículo 51 de la Carta de la ONU, contra un acto de agresión no provocado de EE.UU.”.
También, ha señalado que el ataque se dirigió a la base aérea Al-Udeid que “pertenecía a los Estados Unidos” en el territorio catarí. “No tuvo nada que ver con nuestro país amigo Catar”, ha agregado.
Baqai ha detallado que, tras el ataque, Teherán contactó a Doha para explicar que la ofensiva no debía considerarse como algo en su contra o en contra de cualquier otra nación del Golfo Pérsico.
Al reiterar que Irán sigue comprometido con su política de buena vecindad con los países vecinos, Baqai ha recalcado que los países vecinos “han comprendido perfectamente que no era algo que realmente quisiéramos hacer. Tuvimos que defendernos de los ataques de EE.UU. contra instalaciones nucleares pacíficas”.
Tras condenar los ataques israelí-estadounidenses en medio de las conversaciones indirectas entre Teherán y Washington, el funcionario iraní ha enfatizado que “fuimos atacados en medio del proceso de negociación […]. EE.UU. e Israel torpedearon la diplomacia. Eso fue una auténtica traición a la diplomacia”.
El ataque se produce en respuesta a un ataque de EE.UU. llevado a cabo el domingo contra tres instalaciones nucleares iraníes en Fordo, Natanz e Isfahán, en flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado de No Proliferación (TNP) Nuclear.
Los funcionarios iraníes habían advertido previamente sobre la participación de terceros en el conflicto.
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