Naser Kanani ha considerado este domingo el ataque a “los defensores de seguridad” del país como un “nuevo intento de los enemigos” para desestabilizar Irán.
El vocero de la Diplomacia iraní ha condenado en los términos más enérgicos este atentado “cobarde y terrorista”, ocurrido el sábado, y ha expresado sus condolencias a los allegados de las dos fuerzas del orden que perdieron la vida en el incidente.
Un grupo integrado por cuatro hombres armados atacó la Comisaría 16 de Zahedan, capital de la provincia de Sistán y Baluchistán. En medio de la redada se registraron dos explosiones suicidas a puertas del centro policial, en las que murieron dos de los agresores.
Se produjo un intenso cruce de fuego cuando las fuerzas del orden trataron de impedir que los dos atacantes ocuparan la Comisaría, lo que se cobró la vida de dos agentes iraníes, el sargento mayor de comando, Alireza Keija, y Mobin Rashidi, un soldado que prestaba servicio militar.
Zahedan da último adiós a sus héroes
Una gran multitud, entre ellos altos comandantes de la policía y autoridades locales, ha asistido hoy domingo al funeral de los mártires en la ciudad de Zahedan. Los dolientes se han despedido de las víctimas con gritos de “Muerte a Estados Unidos”, “Muerte a Israel”, “Abajo terroristas” y “Abajo los hipócritas [como se conoce al grupo terrorista Muyahidín Jalq o MKO en Irán]”.
El grupo terrorista Yeish al-Adl, conocido en Irán como Yeish al-Zolm (ejército de injusticia, en español), autor de numerosos ataques terroristas en Sistán y Baluchistán, ha reivindicado la autoría del ataque. La banda armada suele refugiarse en Pakistán tras sus atentados.
El Gobierno paquistaní, a su vez, condenó el sábado el atentado y reafirmó la total solidaridad de Islamabad con el Gobierno y el pueblo de Irán en la lucha común contra el flagelo del terrorismo.
Teherán ha urgido una y otra vez a Islamabad a actuar con dureza contra estas bandas terroristas, entre ellas Yeish al-Adl.
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