El nuevo asalto —el primero fue en enero— del ministro de seguridad interna israelí, Itamar Ben-Gvir, llevado a cabo el domingo a la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar sagrado del Islam, ubicada en la ciudad de Al-Quds, provocó condenas a nivel internacional.
Escoltado por los militares israelíes, el político extremista retó al Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) desde el sitio sagrado, reclamando la soberanía de la entidad sionista sobre el recinto, y todos los territorios palestinos. “Somos los dueños de Jerusalén y de toda la tierra de Israel”, alegó Ben-Gvir.
El portavoz de la Cancillería de Irán, Naser Kanani, ha condenado este lunes la nueva práctica del régimen del apartheid israelí, que necesita una reacción efectiva, inmediata y disuasoria del mundo islámico y de la comunidad internacional.
“Tales acciones atrevidas y provocativas son otra faceta de los crímenes generalizados y continuos del régimen sionista del apartheid contra la nación palestina y las santidades religiosas e islámicas de esta tierra”, ha denunciado el vocero persa.
Conforme ha enfatizado Kanani, Al-Quds es y seguirá siendo la capital unificada y eterna de Palestina, y los sucesivos ataques de los ocupantes israelíes tanto contra esta ciudad santa como contra los santuarios islámicos de los palestinos no cambiarán su realidad y situación histórica.
Este acto provocativo se suma a otros intentos de Israel para judaizar Al-Quds, ciudad que los palestinos consideran la capital del Estado palestino. El jueves también más de 400 extremistas, ondeando las banderas israelíes, realizaron una provocadora marcha que consiste en un recorrido por la Ciudad Vieja de Al-Quds hasta llegar a la Explanada de las Mezquitas, destinada a recordar la ocupación israelí del territorio palestino en 1967, hecho no reconocido internacionalmente.
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