El embajador germano, Hans-Udo Muzel, fue convocado este viernes al Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica después de que Berlín condenara la ejecución de un alborotador y cuestionara la respuesta legal del país persa a los disturbios.
Irán ha expresado su fuerte protesta por la “inaceptable intervención” del Gobierno alemán en sus asuntos internos, y sus “posturas engañosas” con respecto a la confrontación legítima de la República Islámica contra el terrorismo y la violencia, mientras que el propio Berlín considera la seguridad como una línea roja y no tolerar conductas desenfrenadas.
“Es muy lamentable, la actitud selectiva y dual de las autoridades alemanes, así que consideran buenos los esfuerzos subversivos para otros países, pero los ven malos para ellos mismos”, ha denunciado.
La Cancillería de Irán ha recordado también a Alemania su “pésimo historial” con respecto al pueblo iraní, cuando equipó al Ejército del exdictador iraquí Sadam Husein con armas químicas durante la guerra impuesta contra la República Islámica (1980-1988), que causaron muerte y heridas a miles de ciudadanos iraníes inocentes, incluidos cientos de niñas kurdas iraníes.
Además, les ha echado en cara a las autoridades alemanas su colaboración con las sanciones ilegales y opresivas de Estados Unidos contra el pueblo iraní.
En varias ocasiones, Irán ha citado al embajador alemán para hacerle llegar su protesta por las injerencistas de Berlín en apoyo a los caos en el país persa.
En los últimos meses, vándalos, apoyados por los países occidentales, han explotado la muerte de una joven iraní Mahsa Amini, para atentar contra el orden público, provocando disturbios, agresiones contra las fuerzas de seguridad.
Las autoridades iraníes denuncian que Occidente utiliza los derechos humanos y mecanismos internacionales como herramientas para promover sus ambiciones e intenciones políticas, lo que Teherán considera un enfoque poco constructivo, puesto que perjudica el proceso de mejorar la situación de los DD.HH.
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