El Departamento de Relaciones Públicas del Poder Judicial de Irán señaló el viernes que se habían impuesto restricciones ilegales adicionales a Hamid Nuri después de su última comparecencia ante una corte en Suecia. Nuri espera por el dictamen en su caso.
De acuerdo con las autoridades iraníes, durante los últimos 53 días, el detenido solo mantuvo dos llamadas con su familia, bajo estricto control y en presencia de un intérprete. Nuri denunció las malas condiciones de hacinamiento en las que se encuentra.
En un breve contacto telefónico el viernes, Nuri le dijo a su familia que no se le permitían acceso a un oftalmólogo, a pesar de que sus problemas de visión empeoran. “En la última sesión judicial, el magistrado dijo que se levantaron mis restricciones, pero después del final del juicio, los contactos con mi familia casi se cortaron”, afirmó.
También, por primera vez, Nuri dio detalles de la tortura física de la que ha sido objeto por parte de la Policía sueca y afirmó que tres agentes le habían dado golpes en la cabeza y las orejas causándole secuelas.
Ninguna organización de derechos humanos, tal como declaró a su familia, lo ha visitado ni ha hecho seguimiento de su caso, a pesar de su largo tiempo en régimen de aislamiento.
Nuri fue arrestado en 2019 por acusaciones de “abusos de derechos humanos” en 1988 a su llegada al aeropuerto de Estocolmo, capital de Suecia, y su juicio comenzó en agosto de 2021.
Al acusado no se le permitió mantener ni un contacto telefónico con sus familiares durante los primeros siete meses y medio de su arresto.
La Cancillería de Irán ha tachado en reiteradas ocasiones de “infundadas y fabricadas” las acusaciones contra el funcionario persa y ha denunciado que el juicio de Nuri había sido promovido por el grupo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés), responsable de la mayoría de los asesinatos contra el pueblo y los funcionarios iraníes desde la victoria de la Revolución Islámica (1979).
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