El pueblo iraní conmemora este domingo el 59.º aniversario del levantamiento popular del 5 de junio de 1963, que dio origen a una serie de marchas y movimientos que concluyeron con el triunfo de la Revolución Islámica en 1979.
Las marchas fueron organizadas en diferentes ciudades del país persa y en reacción a la detención, el mismo día, del alto líder religioso del país, el ayatolá Seyed Ruholá Musavi Jomeini (quien en 1979 fundó la República Islámica), por su contundente y crítico discurso sobre la postura proisraelí y proestadounidense del último rey de Irán, Mohamad Reza Pahlavi.
Los manifestantes, como era de esperar, fueron duramente reprimidos en las ciudades de Qom, Teherán (capital), Varamin, Shiraz y Mashad, y perdieron la vida unas 15 000 personas.
El levantamiento popular del 5 de junio de 1963 abrió un nuevo capítulo de una resistencia popular contra el régimen del Shah y es considerado como el sangriento punto de partida de la victoria de la Revolución Islámica en 1979.
En efecto, este levantamiento fue el inicio del fin del sistema monárquico que reinaba en el país persa por 2500 años, y eso lo admiten los historiadores y expertos.
Para el difunto fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (que en paz descanse) tal día ocurrió “una epopeya” en Irán. El 4 de junio los iraníes celebraron el 33.º aniversario del fallecimiento de su gran líder que los unió para sacudirse del yugo de una monarquía corrupta que servía como peón del imperialismo.
Aquel 5 de junio los iraníes allanaron el camino para reavivar el verdadero Islam, basado en justicia, la igualdad y la preservación de la dignidad humana y otros valores humanos.
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