El Imam Jomeini fue un líder popular que tenía una vida sencilla, pero no solo era un político inteligente sino un gran erudito religioso que luchó incansablemente a fin de allanar el camino para combatir la injusticia y la opresión, y, finalmente, gracias al apoyo del pueblo, derrocó un gobierno tiránico y dictatorial, es decir, el régimen monárquico de Pahlavi.
A 33 años del fallecimiento del gran arquitecto de la Revolución Islámica (1979), sus directrices y el brillante legado que ha dejado son muy instructivos en un mundo donde dominan la opresión y la injusticia.
La escuela de Imam Jomeini ha neutralizado sediciones y conspiraciones de los enemigos y protege a la nación iraní de cualquier complot diseñado por el sistema de la arrogancia mundial y el sionismo.
Él sigue siendo representante de una de las revoluciones más destacadas de la historia y una de las más diferentes, al tratarse de una revolución islámica.
Los principios sólidos e influyentes por los que la Revolución Islámica ha tenido lugar son las principales razones por las que las fuerzas hegemónicas y los sionistas están llevando a cabo una confrontación estratégica contra la República Islámica y la nación iraní.
El fundador de la República Islámica de Irán fue el precursor de una visión que colocaba la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como el epicentro de todas las luchas.
El Imam Jomeini (P) falleció el 4 de junio de 1989, cuando había transcurrido una década de la Revolución Islámica y el establecimiento de la República Islámica.
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