“La vacunación masiva es una necesidad ineludible y una prioridad para el Gobierno, para que podamos aumentar la inmunización pública contra el virus y sus posibles mutaciones”, ha resaltado Seyed Ebrahim Raisi tras recibir la primera dosis de la vacuna iraní COVIRAN Barekat.
El recién investido presidente de Irán ha recalcado que las autoridades correspondientes deben hacer lo posible para la inmunización de la población iraní contra el coronavirus, causante de la COVID-19, antes de la llegada de la temporada de frío en el país que abarca casi de octubre a marzo de cada año.
Raisi ha recalcado que, para lograr ese objetivo, se debe usar tanto como sea posible la vacuna de producción nacional, y cuando haya escasez, se deberá importar vacunas válidas extranjeras.
En este sentido, ha hecho un llamado a todos los productores de vacuna del país a hacer todo lo posible para acelerar la producción de vacunas.
Además, ha considerado “preocupantes” los informes sobre la cifra de contagios y muertes por coronavirus, y ha llamado al pueblo iraní a seguir estrictamente los protocolos sanitarios, y a las autoridades pertinentes a allanar el terreno para la implementación completa de estas instrucciones.
Irán ha administrado hasta ahora 15 133 810 dosis de la vacuna contra COVID-19. Más de 12 millones de personas han recibido la primera dosis y 3,7 millones de personas, la segunda dosis.
Además de importar vacunas desde el extranjero, el país persa ha aprobado el uso de emergencia de COVIRAN Barekat, la primera vacuna desarrollada en el país contra la COVID-19.
En la actualidad, Irán figura entre los seis primeros países del mundo que han podido entrar, de cero a cien, en el campo de la producción de la vacuna contra la COVID-19, y espera tener un buen mercado para las exportaciones en el futuro.
La producción de las vacunas iraníes avanza en medio de las presiones y sanciones económicas impuestas por Estados Unidos a la República Islámica, lo que ha dificultado la lucha del país persa contra la crisis sanitaria.
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