• El ministro de Petróleo de Irán, Biyan Namdar Zangane, en un acto en la provincia de Fars, 9 de noviembre de 2020. (Foto: SHANA)
Publicada: martes, 10 de noviembre de 2020 2:11

Irán resta eficacia a las presiones de EE.UU. y asegura que no sucumbirá a las sanciones que le impone Washington por “venganza” y “rencor”.

“Ni tememos a las sanciones ni afecta nuestro trabajo, solo fortalece nuestra determinación”, subrayó el lunes el ministro de Petróleo de Irán, Biyan Namdar Zangane, durante la inauguración de un importante proyecto de suministro de gas natural en la provincia central de Fars.

Zangane hizo referencia a un nuevo informe, según el cual, EE.UU. planea imponer una “avalancha” de nuevas sanciones contra Irán. “No queda nada que Estados Unidos pueda sancionar” en el país persa, zanjó el titular de Petroleos iraní.

“Lo único que queda probablemente sea nuestra sección de servicios, con 150 personas”, indicó Zangane, para luego indicar que las sanciones estadounidenses son producto de una “venganza” que tiene su origen en el “rencor” de Washington hacia la República Islámica.

Según informó el domingo el portal Axios, citando a dos fuentes israelíes familiarizadas con el asunto, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, en coordinación con Israel y varios países árabes del Golfo Pérsico, estaría planeando imponer una amplia ronda de sanciones a Irán antes de la toma de posesión del nuevo presidente de EE.UU., Joe Biden, el 20 de enero de 2021.

 

Zangane expresó su extrañeza ante la decisión de la Administración Trump de anunciar, “en sus últimos días en la Casa Blanca”, sanciones contra varios funcionarios del sector petrolero iraní “so pretexto del presunto apoyo al terrorismo”.

De hecho, el Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso a finales de octubre embargos contra Zangane, y varios individuos y entidades gubernamentales, incluidas la Compañía Nacional Iraní de Petróleo (NIOC, por sus siglas en inglés) y la Compañía Nacional de Petroleros de Irán (NITC, por sus siglas en inglés) por, según alegó, su apoyo financiero a la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán.

Esas sanciones estadounidenses, para el ministro de Petróleo iraní, es “la reacción pasiva de Washington a su fracasada política de reducir a cero las exportaciones del crudo” de Irán; un objetivo que el país norteamericano tiene en la mira desde su salida en mayo de 2018 del acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).

Efectivamente, desde que Trump llegó al poder en enero de 2017, se enroló en una política de retórica antiraní hasta tal grado que, en mayo de 2018, retiró a su país, de forma unilateral, del acuerdo nuclear firmado en 2015 por Teherán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania— y reimpuso una serie de asfixiantes y draconianas sanciones contra el pueblo iraní con la vana esperanza de obligarle a renegociar su programa nuclear.

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