“Estamos profundamente preocupados por las intensas luchas de poder en Sudán y su transformación en un escenario de conflicto entre las partes extranjeras”, ha dicho este martes el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi.
El diplomático persa ha instado a los sudaneses a que permanezcan vigilantes ante aquellos partidos que “cuentan con un historial en lo que a la promoción de la violencia, el extremismo y el terrorismo se refiere”.
Al respecto, ha llamado a todas las partes implicadas en el conflicto a evitar el “enfoque acusador” y la desconfianza, y a mantener, en cambio, los “enfoques políticos y democráticos, así como a optar por el diálogo” para resolver la coyuntura actual.
La Cancillería persa ha reaccionado, de este modo, a la nueva escalada de tensiones en Sudán, después de que al menos 30 personas murieran el lunes en Jartum (la capital sudanesa) tras una intervención de las Fuerzas Armadas contra una concentración popular.
Estamos profundamente preocupados por las intensas luchas de poder en Sudán y su transformación en un escenario de conflicto entre las partes extranjeras”, dice el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi.
El Ejército de Sudán había asumido el 11 de abril el control del país después de derrocar a Omar Hasan al-Bashir, en el poder desde 1989. Un “consejo militar” ha sustituido durante dos años al mandatario, que actualmente está detenido. No obstante, las protestas a favor de un gobierno civil en el país han aumentado en Jartum y otras ciudades.
Al ofrecer sus condolencias a las familias de las víctimas de los enfrentamientos del lunes, Musavi ha expresado su deseo de que se respeten las demandas de los sudaneses y que el país experimente un cambio de poder de forma pacífica.
Tras la jornada violenta del lunes en Jartum, la Alianza por la Libertad y el Cambio (ALC) avisó de que pondría “punto final a cualquier contacto político o negociación con el consejo golpista”. Un poco más tarde, los militares que dirigen Sudán anunciaron la convocatoria de elecciones generales en un plazo de nueve meses.
La situación que vive Sudán ha sido también producto de la injerencia extranjera, ejercida desde Estados Unidos, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Anteriormente, la Inteligencia de Sudán había manifestado que los disturbios que han azotado el país en los últimos meses habían sido orquestados por Israel y ciertos Estados occidentales, encabezados por Washington.
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