Una grave crisis sanitaria se extiende entre las familias desplazadas, obligadas a sobrevivir en campamentos improvisados y sin condiciones mínimas de higiene. La vida en tiendas de campaña deterioradas, sin agua potable ni saneamiento básico, ha provocado un aumento preocupante de enfermedades respiratorias e infecciones cutáneas, especialmente entre niños y ancianos.
La situación es aún más crítica para quienes viven junto a montañas de residuos acumulados. La basura sin recoger, las aguas contaminadas y los refugios abarrotados han convertido estas zonas en focos permanentes de infección. Médicos advierten que las condiciones actuales favorecen la rápida propagación de epidemias en una población ya debilitada.
La falta de atención médica, medicamentos y medidas preventivas agrava el riesgo de un colapso sanitario. Las organizaciones humanitarias alertan de que, sin una respuesta urgente, cientos de vidas podrían verse amenazadas por enfermedades evitables.
Entre tiendas de campaña y residuos acumulados, miles de desplazados luchan no solo por sobrevivir, sino por no enfermar. En estos campamentos, la crisis sanitaria avanza en silencio, golpeando con más fuerza a los más vulnerables.
Huda Hegazi, Gaza.
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