El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó el martes al ejército reanudar “potentes” ataques en la Franja de Gaza, tras acusar al movimiento de Resistencia palestino HAMAS de violar el alto el fuego al devolver supuestamente los restos pertenecientes a un retenido previamente recuperado por las fuerzas israelíes hacía casi dos años.
Además, Israel afirmó que miembros del grupo palestino atacaron a sus soldados en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, en un incidente en el que falleció uno de los militares israelíes. HAMAS, sin embargo, desmintió tener ninguna vinculación con esos ataques y acusó al régimen de intentar hacer fracasar el acuerdo del alto el fuego, en vigor desde el pasado 10 de octubre.
El ejército israelí llevó a cabo el martes una oleada de ataques sangrientos en todo el enclave costero asediado que dejaron más de un centenar de palestinos muertos, entre ellos decenas de niños, según fuentes médicas palestinas.
La acusación israelí de que HAMAS retrasaba supuestamente la entrega de los cuerpos, se hizo mientras que los medios israelíes confirmaron que combatientes de la Unidad Sombra, una unidad élite de las Brigadas Al-Qassam, habían estado acompañado activamente a equipos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) durante operaciones de campo para localizar a los cuerpos de los retenidos en Gaza.
La Unidad Sombra es un equipo de élite altamente secreto que opera dentro de la estructura de seguridad de las Brigadas Al-Qassam. Su misión principal es proteger a los prisioneros israelíes durante los conflictos. Con entrenamiento avanzado en tácticas militares, operaciones psicológicas y técnicas de camuflaje, la unidad ha ejecutado con éxito misiones dentro de la asediada Gaza sin dejar rastro.
En los últimos días, se han hecho virales vídeos que muestran a miembros de la Unidad Sombra recuperando el cuerpo de un retenido israelí desde las profundidades de los túneles de Gaza. La gestión disciplinada del operativo por los miembros de la Unidad Sombra ha enviado un mensaje de poder por HAMAS más de dos años después una guerra en Gaza cuyo principal objetivo declarado era “destruir al grupo” palestino.
Según muchos analistas, la aparición disciplinada de las fuerzas de la Unidad Sombra enloqueció a Netanyahu, por lo que ordenó reanudar ataques a Gaza para restaurar su imagen política en vísperas de las elecciones.
Los analistas consideran que estos ataques no se deben ni al retraso en la entrega de los cuerpos, ni a la supuesta devolución de los restos de un cadáver antiguo, ni al incidente de Rafah, sino que son una reacción a la demostración de poder y disciplina de las Brigadas Al-Qassam durante la operación de recuperación de los cuerpos, lo que dejó en evidencia la falsedad de la narrativa de la “destrucción de HAMAS” en la que Netanyahu había basado su supervivencia política.
Los observadores políticos sostienen que Netanyahu necesita intensificar las tensiones en Gaza por razones de política interna; sin embargo, Estados Unidos constituye un obstáculo importante para la plena ejecución de los objetivos israelíes, ya que cualquier acción sobre el terreno requiere la aprobación previa de Washington.
HAMAS y otras facciones palestinas han reiterado su compromiso con los términos del alto el fuego, mientras denuncian los intentos del régimen de socavar el acuerdo y reanudar las agresiones en Gaza.
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