En las últimas horas, el ejército israelí ha emitido una nueva orden de evacuación total para la Ciudad de Gaza. El comunicado abarca a todos los barrios, desde la Ciudad Vieja y Tuffah en el este, hasta la costa en el oeste. Israel advierte que llevará a cabo operaciones “con gran fuerza” y exige a la población desplazarse hacia el sur a través del Eje Rashid, con destino a la zona de Al-Mawasi, presentada como “humanitaria”.
Sin embargo, esta orden se da en un contexto en el que incluso las áreas designadas como seguras han sido objeto de ataques. Los intensos bombardeos no distinguen campamentos ni refugios, lo que deja a los residentes sin opciones reales de protección. Para muchos, moverse implica exponerse al peligro de la ruta, mientras que quedarse significa enfrentar la amenaza directa de los bombardeos.
El desplazamiento masivo impuesto por Israel agrava la crisis humanitaria. Los campamentos del centro y del sur ya están desbordados, sin espacio para albergar a más familias. A medida miles de personas más se suman al éxodo, la presión sobre la infraestructura básica se hace insostenible.
Las órdenes de evacuación del ejército israelí convierten a toda la Ciudad de Gaza en un lugar inhabitable. Pero el sur, presentado como alternativa, tampoco ofrece garantías de seguridad ni condiciones mínimas de vida. Para los residentes, la pregunta no es hacia dónde ir, sino cómo sobrevivir en un territorio donde no queda refugio posible.
Huda Hegazi, Gaza.
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