El viernes, Israel Katz afirmó que Israel estaba a punto de desatar el infierno en la Franja de Gaza, añadiendo que, una vez hecho esto, “las puertas no se cerrarán”. También afirmó que el ejército de ocupación israelí intensificará sus ataques hasta que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) libere a los retenidos israelíes y se desarme.
HAMAS fue uno de los primeros grupos de Resistencia en reaccionar la retórica bélica del ministro de asuntos militares del régimen israelí, denunciando que sus declaraciones representaban un “desafío sin precedentes al derecho internacional y las normas humanitarias”.
El extremista funcionario israelí lanzó esa amenaza a pesar de que HAMAS ya había ofrecido varias concesiones para permitir la liberación de los retenidos israelíes y el cese de la guerra genocida en Gaza, en curso desde octubre de 2023 hasta la fecha, pero todas las iniciativas fueron rechazadas por Tel Aviv.
HAMAS también denunció los ataques deliberados del régimen contra torres residenciales en la Ciudad de Gaza, la mayor zona urbana en el centro-norte de la Franja costera. Afirmó que los bombardeos forman parte de un plan de desplazamiento forzado y genocidio, y que las advertencias de evacuación solo servían como “pretexto para la expulsión bajo fuego enemigo”.
La Yihad Islámica Palestina, otro grupo de resistencia con sede en Gaza, por su parte, denunció las declaraciones de Katz como una “clara admisión de los crímenes de guerra sistemáticos” que comete el régimen israelí contra el pueblo palestino.
Advirtió a los gobiernos y pueblos árabes que, una vez que Israel termine de implementar sus planes respecto a Gaza, el régimen sionista comenzará a “amenazar su seguridad”.
La Yihad Islámica prometió que los grupos de resistencia continuarán enfrentando la “barbarie y el salvajismo” del régimen sionista.
Un llamado abierto al genocidio y la limpieza étnica
Asimismo, los Comités de Resistencia Popular alertaron que la promesa de Katz sobre la intensificación de las atrocidades israelíes en Gaza se traducía en un llamado abierto al genocidio y la limpieza étnica.
En este contexto, al denunciar el irrestricto apoyo militar y político de Washington a Tel Aviv, responsabilizaron a la “Administración criminal estadounidense” de patrocinar los crímenes del régimen sionista.
Urgieron además a la comunidad internacional a actuar de inmediato para detener el “fascismo sionista” y a hacer rendir cuentas a los criminales de guerra israelíes.
El viernes se cumplieron 700 días desde que el régimen inició una guerra genocida en Gaza. Las agresiones y la campaña de hambruna en el enclave se han cobrado hasta la fecha la vida de 64 300 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
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