En un informe titulado “La campaña de tortura psicológica de Irán ha sido una victoria estratégica”, el periódico hebreo escribió que “la estrategia de Irán de mantener suspendida su respuesta ha asestado un duro golpe sin disparar un solo tiro”.
El diario se refiere a la tensa calma tras el anuncio de Irán y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) de vengarse de Israel por el asesinato del jefe del Buró Político del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), Ismail Haniya, y la muerte del comandante del movimiento libanés, Fuad Shukr, en Beirut.
Al respecto, el Jerusalem Post planteó una pregunta preocupante: ¿ha logrado Israel el objetivo que predijo?, ¿Valió la pena matarlo en la precaria situación en la que se encuentra ahora Israel?
El gabinete del régimen de Israel se prepara ansiosamente para la venganza de Irán y Hezbolá, pero esta pesada sombra ha caído sobre la cabeza de los israelíes de a pie.
“Casi todos los vuelos nacionales e internacionales han sido cancelados por tiempo indefinido. La situación económica, que actualmente sufre debido a la guerra en Gaza, empeorará en caso de una guerra importante. El ministerio de finanzas prevé que, en caso de un conflicto importante, los daños a la infraestructura, las empresas, las exportaciones, las importaciones, los empleos y otros asuntos económicos no tendrán precedentes en Israel”, detalla el diario.
Según el informe, las condiciones de vida de los sionistas estos días gira en torno a un ciclo implacable de “lo harán o no lo harán”, lo que ha creado tensiones insoportables.
“Con una sola amenaza, Irán y Hezbolá han puesto a Israel en máxima alerta, obligado a los estadounidenses a mover sus fuerzas y paralizado los viajes internacionales. La dura verdad es que, de ahora en adelante, cada vez que el gobierno ataque en algún lugar, debe considerar la posibilidad de un ataque por parte de Irán. Este estado de guerra permanente permite a los enemigos de Israel jugar con Israel como quieran. Pueden perturbar a Israel con una sola amenaza. Esta cuestión es una razón peligrosa para la vulnerabilidad de Israel”, reza el diario.
Las máximas autoridades políticas y militares de la nación persa han enfatizado en reiteradas ocasiones que un crimen tan atroz contra un invitado oficial de alto rango se considera una grave violación de la soberanía y la integridad territorial de la República Islámica y una clara violación de los principios y normas fundamentales del derecho internacional. Asimismo, han advertido que Irán se reserva el derecho a la legítima defensa para hacer pagar de forma decisiva a Israel por sus crímenes.
Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá advirtió al régimen israelí que la respuesta es inminente. “La espera de una semana de Israel es parte del castigo y la represalia (...) El estado de espera es parte de la batalla y deja una gran sombra sobre la ocupación”, señaló.
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