Las fuerzas de ocupación israelíes publicaron el jueves un vídeo que muestra a un individuo al que se identifica como Manar Mahmud Muhammad Qasem, al parecer afín a la división naval de la Yihad Islámica, confesando la violación durante un interrogatorio realizado por la división de inteligencia israelí.
Sin embargo, grupos y comentaristas de derechos humanos ponen en tela de juicio la credibilidad de la grabación, ya que sospechan que fueron obtenidas mediante el uso de tortura.
Además, recordaron el aumento de las detenciones arbitrarias y el trato inhumano de los detenidos palestinos por parte de las fuerzas israelíes desde el 7 de octubre.
“Durante décadas, mientras Israel ha maltratado y torturado a detenidos palestinos generando temores bien fundados de que los interrogatorios puedan implicar el uso de tortura u otras formas de malos tratos, no se consideran creíbles, relatos grabados en vídeos de interrogatorios de palestinos detenidos que, según dicen, participaron en el asalto del 7 de octubre”, señaló el director para Israel y Palestina del Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés), Omar Shakir.
Además, el investigador de Amnistía Internacional sobre Israel y los territorios palestinos ocupados, Bodur Hasan, hizo énfasis en un tema clave. “Cualquier confesión pública de los acusados debería excluirse de las pruebas consideradas por el tribunal”, razonó.
Amnistía Internacional reiteró su llamado a las autoridades israelíes para cesar la práctica de grabar las confesiones de los detenidos y difundirlas en las redes sociales antes de sus juicios.
Después de que los comentaristas apuntaron a las inconsistencias en el testimonio y mala traducción, el vídeo fue eliminado y vuelto a publicar con modificaciones varias veces.
La supuesta confesión se publicó inicialmente en diciembre y, aunque Qasim describió en detalle las características físicas de la víctima, las fuerzas israelíes no pudieron identificar a la mujer.
Este supuesto testimonio se produce a raíz de las acusaciones contra Israel por parte de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés), relativas a que supuestamente obligó a los empleados de la agencia a hacer confesiones falsas, bajo tortura, sobre su relación con el Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS).
Desde 2001, el Shin Bet, el servicio de seguridad interna del régimen, ha presentado más de 1400 quejas al llamado ministerio de justicia sobre actos de tortura, incluidos los agonizantes dolores de inmovilización, la privación de sueño y la exposición a temperaturas extremas.
Las fuerzas israelíes han arrestado a más de 7350 palestinos en la ocupada Cisjordania desde que Israel comenzó su actual ofensiva en Gaza. Al menos 250 de los detenidos son niños y más de la mitad de ellos se encuentran en detención administrativa.
Según su política de detención administrativa, Israel detiene a palestinos sin juicio ni cargos por hasta seis meses, periodo que puede extenderse indefinidamente.
De acuerdo a un artículo de marzo en el diario israelí Haaretz, 27 detenidos de Gaza han muerto en instalaciones militares israelíes desde el comienzo de la guerra. Hasta la fecha, la agresión israelí ha matado al menos a 32 705 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, y ha herido a más de 75 190 personas en Gaza.
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