“Cualquier traslado de la embajada sería una flagrante violación del derecho internacional y de las responsabilidades históricas del Reino Unido”, recalcó el lunes el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mohammad Shtayeh, durante una reunión semanal del Gobierno en Ramalá, en la Cisjordania ocupada.
En este sentido, advirtió que cualquier cambio en el estatus actual de Al-Quds podría socavar la solución de dos Estados y se considera un reconocimiento de la anexión de esta ciudad por Israel, y alienta al régimen ocupante y a los colonos extremistas a continuar la agresión contra la el pueblo palestino y los lugares sagrados de los musulmanes y de los cristianos.
La primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, durante su discurso en la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, trató de deshacerse de una política de larga data de los gobiernos británicos durante más de 55 años, al sugerir que podría trasladar la embajada británica en Tel Aviv a Al-Quds.
Según el funcionario palestino, tomar tal decisión dañaría las relaciones bilaterales entre el Estado de Palestina y el mundo árabe e islámico.
En 2017, EE.UU. se convirtió en el primer país del mundo en reconocer a Al-Quds como la capital de Israel y trasladar su embajada desde Tel Aviv a esa ciudad.
Guatemala y Honduras están entre las pocas naciones que decidieron seguir a EE.UU. y hacer caso omiso al clamor unánime de la comunidad internacional en contra de la medida por considerar que solo socava la paz en Asia Occidental, y prolonga el sufrimiento y la represión que enfrenta el pueblo de Palestina desde hace siete décadas.
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