Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, ha enfatizado este domingo que Al Quds (Jerusalén) y sus lugares sagrados islámicos y cristianos seguirán siendo parte integral del Estado de Palestina.
“Las santidades islámicas y cristianas son una línea roja, y su profanación nunca puede aceptarse. Al-Quds, con sus santidades, no está a la venta. La paz no será a cualquier precio”, ha subrayado Rudeineh, según ha informado la agencia palestina de noticias Wafa.
Los comentarios del vocero palestino se han producido en respuesta a las declaraciones del primer ministro israelí, Naftali Bennett, quien ha afirmado esta misma jornada que “Al-Quds seguirá siendo una ciudad unida que nunca más se dividirá”.
Tras refutar las afirmaciones del premier israelí, Rudeineh ha resaltado que lo dicho por Bennett no dará legitimidad a la ocupación de Al-Quds, y ha asegurado que esta usurpación llegará a su fin.
A su juicio, resulta imposible lograr la seguridad y la estabilidad en los territorios palestinos ocupados, mientras Israel continúe agrediendo a los palestinos, su tierra y sus lugares sagrados, en rechazo evidente de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
En otra parte de sus declaraciones, el político palestino ha pedido a Estados Unidos, el principal patrocinador de Israel, que abandone el doble rasero y renuncie a su apoyo incondicional a este régimen.
Esta misma jornada, los palestinos se han manifestado en diversas partes de Cisjordania para expresar su rechazo a la provocativa ‘marcha de banderas’ que el régimen de Tel Aviv tiene previsto desplegar en el este de la ciudad de Al-Quds.
Mientras que los soldados de Israel han disparado botes de gas lacrimógeno contra los participantes en las protestas, lo que ha causado cuadros de asfixia a muchos palestinos.
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