Los palestinos se han manifestado en diversas partes de Cisjordania para expresar su rechazo a la provocativa ‘marcha de banderas’ que el régimen de Tel Aviv tiene previsto desplegar en el este de la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).
En este contexto, las fuerzas israelíes han atacado a los manifestantes palestinos en la localidad de Bazariya, al noroeste de la ciudad de Nablus, así como en Taqou, al este de Belén (Beitolahm), ambas ubicadas en la ocupada Cisjordania.
Los soldados de Israel han disparado botes de gas lacrimógeno contra los participantes en las protestas, lo que ha causado cuadros de asfixia a muchos palestinos, según la agencia local de noticias WAFA.
Asimismo, dos palestinos han resultado heridos de balas de acero recubiertas de goma y otro por metrallas durante los enfrentamientos que estallaron en las localidades de Burin y Huwara, al sur de Nablus. Además, varios otros han sufrido heridas por quemaduras, mientras que al menos siete han presentado síntomas de asfixia, debido a la inhalación de gases lacrimógenos.
La ciudad de Ramalá, en Cisjordania, también ha sido escenario de una movilización contra la marcha israelí. En esta protesta, los palestinos han ondeado banderas palestinas y coreado consignas contra el régimen israelí.
Esta misma jornada, decenas de colonos israelíes escoltados por la policía del régimen de Tel Aviv han irrumpido en el recinto de la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds y se han enfrentado a los fieles palestinos que realizaron una vigilia nocturna dentro del complejo en un intento de frustrar las incursiones israelíes en el recinto sagrado.
Para los israelíes de extrema derecha, la marcha reafirmará su alegada soberanía sobre la ciudad santa de Al-Quds, una medida que para los palestinos es una provocación.
Ante tal situación, Ismail Haniya, jefe de la dirección política del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), en referencia a la ‘marcha de banderas’, advirtió el sábado que todas las opciones están sobre la mesa.
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